La crisis provoca el cierre en cadena de decenas de comercios en el centro

Para percatarse de los efectos de la crisis económica en el consumo, solamente hace falta darse una vuelta por las calles del Jerez más céntrico. Decenas de tiendas han sucumbido a la nefasta coyuntura económica mundial de la que nuestro país, sin duda, se está llevando y se llevará la peor parte.

La ciudad, por supuesto, no escapa a este sombrío panorama. Varios comercios de las calles Lencería, Algarve, Medina, Pío XII Y plaza del Arenal son sólo algunas de las víctimas que se ha llevado la ola o, mejor dicho, el tsunami de la crisis, de momento. Sin contar las inmobiliarias, claro.

Y es que si los sueldos no terminan de despegar, se constata el principio del fin de la burbuja inmobiliaria, las hipotecas siguen estando al alcance de pocos, las entidades financieras no dan abasto, las administraciones suben los gastos corrientes de los hogares por todos lados y se incrementa el precio de los combustibles, se forma un cóctel letal que favorece poco a quienes viven del consumo de los ciudadanos.

A ello hay que añadir que, en el caso de los comercios citados, en pleno escaparate de Jerez, los alquileres son astronómicos. És lo que ocurre, por ejemplo, en la calle Lancería, prolongación de la principal arteria de la ciudad, donde un comercio de moda joven (Toro Loco) ya ha dado cerrojazo y otro (Supersport) ya anuncia su liquidación por cierre.

Como espectadora de los últimos acontecimientos, Isabel Piñero, dependienta de Casa Márquez (en Lancería), afirma que «todo ha bajado con la crisis económica; lo estamos notando bastante, ya que el que antes se gastaba 50 euros, ahora se gasta 20», explica a modo de ejemplo.

El fin de las Navidades fue una fecha clave y, desde entonces, todo ha ido a peor. Al menos, en el caso de esta tienda, se está resistiendo el temporal esperando a que lleguen mejores tiempos.

La plaza del Arenal ha visto caer en los últimos meses a Óptica Jerezana y Adonis Sport, que pronto cerrará para abrir en septiembre con el mismo nombre, pero nuevo propietario.

Antonia Rubio, dependienta de dicho comercio, comenta que «el descenso de ventas, desde diciembre, es del 40%», aunque en su caso «ya llevamos más o menos dos años notando una situación negativa».

Dando la vuelta por Santa María (con otro local vacío) hasta la calle Honda, la sorpresa es mayúscula. A pesar de su pequeña extensión, ésta última ha visto cerrar a seis comercios en los últimos meses, casi uno por cada dos metros.

Un local de moda infantil y juvenil, otro de jabones, etcétera. Suma y sigue. Algunos directamente aparecen vacíos, otros con el cartel de «Se alquila», están los que anuncian el inminente abandono de la actividad y hay casos en los que el letrero ya ni siquiera está, por lo que es difícil adivinar a qué se dedicaba su propietario o arrendatario.

Hay tiendas, sin embargo, como Lana, que no están notando demasiado la crisis. Son la otra cara de la moneda. Pero no es lo habitual.

Pepa López, dependienta de La Casa Rosa, dice que sí se está notando «y mucho», aunque «desde principios de año hemos tenido algunos meses buenos». En lo que todos coinciden es en que fue acabar los Reyes y rodar hacia abajo por la cuesta de enero, que se está extendiendo, de momento, hasta el verano.

En la calle Medina, en pocos meses han cerrado sus puertas, al menos, siete tiendas de todo tipo.«Muchas de ellas se quedan vacías y nadie toma el testigo, algo que antes no ocurría a pesar de los altos precios que tienen en el centro», explica Manuel García, presidente de la Asociación Unión de Comerciantes (Asunico), que también posee su negocio en dicha calle.

Otras dos en el entorno de Pío XII (una de lencería y otra de decoración) y cuatro en calle Algarve, una de ellas la histórica El Malagueño, también han dicho adiós al negocio.

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