CRÍTICA

Jueves más flamencos que nunca

Distintas generaciones de artistas, distintas formas de percibir y transmitir el arte flamenco, pero un único criterio: la calidad. El Baluarte de la Candelaría, en que se aventuraba noche grande de flamenco, presentaba un aspecto impecable. Pocas entradas quedaron en el cajón. Un millar largo de aficionados, plenamente identificados con la causa, dieron la bienvenida a la edición 2008 de Los Jueves Flamencos del Mellizo. Entre el público, amplia representación institucional y artistas de primera.

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Noche fresca, ideal para estas lides emocionantes. Capullo de Jerez abrió el programa. De blanco castizo. Con la voz algo rozada, algo forzada incluso, encarriló su repertorio habitual, sin aspavientos. Destacaron esos tangos que le han dado nombre, aunque tampoco estuvo mal en las bulerías. Bien escolado por la guitarra de Manuel Jero -jerezanísimo, como el cantaor- y por los hermanos de la Tota -maestros de lo suyo-, se nota que el grupo lleva mucho escenario encima. Faena de oficio y de entrega. Quizá faltó que acompañara la garganta.

Andrés Peña -segundo jerezano de la noche- brilla especialmente en la soleá por bulerías. Parte del éxito de su propuesta radica, de nuevo, en el grado de compenetración que ha conseguido con sus acompñantes. El equipo que forma con Luis Moneo, el metal de La Plazuela, el joven David Lagos, Patiño en la guitarra y Grilo a las palmas, es siempre garantía de buen hacer. Peña tiene claro que su fuerte está en la disposición, la magia en los pies, y su capacidad para imprimirle fuerza al baile cuando lo requiere y temporizar cuando hace falta. Un punto de diversidad es lo que ofrecieron Rafael Ordoñez y Antonio de Patrocinio. Los cordobeses dejaron en Santa Catalina un repertorio heterodoxo, con constantes referencias literarias. Bien, las guitarras. Genial las bulerías de tema granadino. Emotiva la seguriya y el remate por fandandos que aseguró el aplauso del público.

Los Jueves siguen siendo una de las principales atracciones culturales del verano en Cádiz, y promete continuar dando mucho que hablar, a tenor del plantel de artistas que aún quedan por subir al escenario, cada vez más prestigioso, del Baluarte de la Candelaria.