LUJO. Una pareja cena en un balneario situado en los Pirineos Franceses, que ya ofrece servicios complementarios a los baños y tratamientos.
Sociedad

Algo más que burbujas

Las 'spa party', importadas de EE UU, se abren paso en la agenda de los sibaritas como excusa para acompañar la visita a los balnearios de almuerzo, cena, diversión o copas

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Pónganse en situación. No es muy difícil. Bañador, biquini o albornoz, zapatillas de rizo igualmente inmaculadas, hilo musical relajante y una copa de champán. En la escena, de igual guisa, su pandilla de toda la vida, sus amigas de la infancia o sus compañeros de marchas juveniles dispuestos a dejar aparcado el estrés por unas horas. La hoja de ruta con el atuendo de rigor no tiene desperdicio. Primero circuito de hidroterapia, donde se dan la mano una piscina que masajea con chorros de agua, sauna, jacuzzi, pediluvio, baño turco y ducha escocesa regado aún más por otras burbujas, la de una copa de champán que sabe a gloria. El fin de fiesta también puede ser un arroz con un lujoso Ribera del Duero, o una cena de sabor oriental con la danza del vientre ante la relajada vista.

La cosa no queda ahí. El sueño del bienestar guarda algunas sorpresas más. Como un peeling corporal con masaje o una envoltura de algas depurativas que también vienen que ni pintados para dar rienda suelta a las confidencias, algunas incluso atascadas desde hace años a la espera de un entorno tan propicio. Como guinda, una cena buffet para reponer fuerzas del traqueteo acuático y unas copas para cerrar una nueva modalidad de fiesta alejada del mundanal ruido.

De nuevo una moda americana vuelve a aparecer tímidamente en la agenda de los sibaritas y amenaza con convertirse en la opción preferida de una legión de clientes, especialmente de mujeres, con ganas de diversión contenida y que se pierden por dejarse mimar algunas horas.

Son las spa party, como se denominan los paquetes especiales donde se ofrece tratamientos de salud y belleza personalizados aderezados con cavas, almuerzos, cenas saludables u otros caprichos al gusto del consumidor, desembarcan con fuerza en Andalucía, especialmente en la Costa del Sol, pero también empiezan a aparecer en la Bahía de Cádiz, con pequeños paquetes a precios muy razonables que ofrecen locales como el SPA Senator (Cádiz) y el Hammam Sancti Petri (Chiclana).

Demanda creciente

La directora del Miramar Spa en Marballa, Ana Castellanos, es una de las directivas hoteleras que aplica el modelo en Andalucía. Admite abiertamente que viene del otro lado del charco. «Lo copiamos de Estados Unidos, ya hace unos tres años. Primero empezamos con las despedidas de soltera y de ahí nacieron las restantes variantes de spa party». Desde entonces, estas no son sólo un epígrafe más en la página web o en su tríptico de muchos locales andaluces. Son una opción cada vez más demandada, especialmente por las féminas, para escapadas previas a la boda, con amigas, pero también para cumpleaños, para reuniones de amigos, aniversarios o graduaciones.

«La idea principal es que hagan un recorrido por las zonas de agua, que dura sobre una hora y media, y como es lo suficientemente grande pueden estar todos a la vez y divertirse juntos», dibuja a pie de la gran piscina que preside la sala acuática.

Con un grupo mínimo de ocho personas, en esta opción de fiesta tan innovadora el límite está en la imaginación el cliente o en las propias normas de unas instalaciones donde la higiene es una máxima. «Normalmente suelen ser bastante comedidas, no piden cosas muy extravagantes, y en el tema del champán no hay mayor problema que usar las copas de plástico en el recinto», matiza.

Tras la ruta por el circuito de hidroterapia, el relevo lo toman el peeling y la envoltura de algas, que completan las tres horas del paquete saludable y de belleza que tiene un coste de 69 euros, a los que se suman los 39 de la cena bufé y el coste de las copas que sirvan de colofón a la peculiar fiesta. Aunque en este caso, todo puede cambiarse a gusto del consumidor.

Los masajes, de moda

«Lo que más piden son las envolturas y los masajes. Nos adaptamos totalmente a lo que quieran; es un paquete que se puede personalizar», añade Ana Castellanos. Incluso, si los grupos son numerosos, rondando las 15 personas, las puertas del spa se pueden cerrar exclusivamente para ellos «para que en este caso sí que puedan desinhibirse con libertad». Los usuarios buscan diversión contenida, una buena excusa para reunirse una vez al año o para intercambiar cotilleos en un am-biente relajado.

El centro de talasoterapia del Gran Hotel Elba Estepona prepara ultima su oferta de paquetes de spa party para atender una demanda que va en aumento y que ya se deja notar en sus instalaciones. «Sobre todo vienen grupos para despedidas de soltera, en las que las amigas pasan todo el día con la novia y después del spa toman unas copas», explica Luis Miguel Mateos.

Cádiz se apunta

En la Bahía de Cádiz, la tendencia ya está implantada. Algunos recintos especializados ofrecen paquetes conjuntos de tratamiento y disfrute culinario, aunque las ofertas provinciales están mucho más orientadas hacia la pareja que hacia los grupos de amigos. En la capital de la provincia, el céntrico Spa Senator ofrece desde su apertura la opción conjunta de circuito más almuerzo o cena. Su precio es el más económico del mercado (por debajo de los cien euros) aunque está pensado para dos personas. La opción del grupo se puede consultar perfectamente.

En La Loma del Puerco, en Sancti Petri, el Hammam ofrece un atractivo conjunto de baño, masaje, cena y espectáculo de danza oriental por 115 euros la pareja. También es posible concertar el precio para grupos, aunque es necesaria la consulta y la reserva previa.

En Cádiz, por tanto, los centros de aguas termales y balnearios también ofrecen ya mucho más que burbujas y vapores para atraer al público.