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Tiempos de ingnominia

El Derecho o los Jueces o las Instituciones. Algo falla cuando las calles españolas pueden llevar el nombre de los asesinos. Porque, aún suponiendo que en algunos ayuntamientos vascos las mayorías nacionalistas y filoetarras puedan ser decisivas a la hora de poner nombres a las calles ¿no existe vía alguna en el aparato estatal para impedir esta humillación de las víctimas y de la sociedad en general que supone la exaltación de los terroristas?

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El escándalo es tan enorme que la abogacía del Estado tratará de recurrir contra la sentencia del Pleno de la Sala Penal de la Audiencia Nacional según la cual no ha sido posible corregir la decisión tomada por algunos ayuntamientos. ¿Habrá que admitir la impotencia del sistema jurídico y de la sociedad entera frente a la exaltación del terrorismo? ¿No habrá posibilidad alguna de librarse de la ignominia?

Pero si en el caso al que acabo de aludir el que fracasa es el Derecho mismo y con él las defensas de la sociedad ¿no son los propios partidos que forman el gobierno catalán los responsables de la rebelión contra la sentencia del Tribunal Supremo según la cual el sistema educativo catalán deberá dedicar una hora más al estudio de la lengua castellana? En efecto, Esquerra Republicana ha propuesto la desobediencia de la sentencia y trata de comprometer a todo el Gobierno en ese acto de rebeldía institucional gravísimo. Si Montilla y la mayoría socialista se rinden ante ERC estaremos ante el desafío de un Gobierno autonómico. Será nada menos que el propio Ejecutivo el que despreciará al Legislativo sin que pueda mediar algún tipo de excusa. Se tratará de una rebelión institucional llevada a cabo desde el Gobierno mismo.

El asalto a nuestro Estado de Derecho no se debe a los delincuentes sino a sus propios representantes, a las instituciones jurídicas, a los partidos y a los Gobiernos. Se diría que a ellos no les afectan las situaciones de ignominia que estamos viviendo. Somos los ciudadanos las víctimas de esta situación. Doblemente víctimas cuando los terroristas están por medio.