Javi Gracia llega al Cádiz para intentar llevar alegría a Carranza

Con poca experiencia pero con cantidades industriales de ilusión. Con esta humildad se presentó ayer en Carranza Javi Gracia, el nuevo entrenador del Cádiz para esta temporada. Ha sido, de los candidatos, el que más ganas ha demostrado de embarcarse en esta aventura y como prueba de ello, la decisión final de Peguero.

Llega «encantado de estar» en Cádiz y con palabras de «agradecimiento para un equipo que desde el primer momento ha demostró su interés en mí». Para reforzar estas declaraciones, Gracia recordó la primera conversación que tuvo en junio con José Manuel Barla, entonces máximo responsable de la secretaría técnica cadista. Fiel a la definición que lo describe como una persona afable, desinteresada y agradecido, manifestó que la razón de aceptar la oferta del Cádiz, además «de por la grandeza de este club», ha sido «las palabras de cariño que he recibido desde el primer día porque para mí es vital ir a los sitios donde sé que le quieren a uno y aquí me lo han demostrado», señaló orgulloso.

A sus 38 años llega al Cádiz tras entrenar sólo al Juvenil del Villarreal y al Pontevedra durante una temporada y tres meses. Con 15 años como futbolista profesional a su espalda, Javi Gracia manda un mensaje de presentación en el que promete «compromiso, trabajo e ilusión con la esperanza que todo ello se traduzca en conseguir los objetivos». Con suma modestia, acepta «el reto» y asume que llega a un club que «hace dos días estaba jugando al máximo nivel». Pese a no contar con «una dilatada experiencia», asegura haber sido un jugador «receptivo, con muchas inquietudes y con ganas de aprender de todos los entrenadores que he tenido».

Recordó que a lo largo de su carrera ha estado bajo las órdenes de Víctor Muñoz, Joaquín Caparrós, Mané y Víctor Espárrago, a quien, por cierto, Gracia le colocó el «Don» por delante. De todos ellos aseguró haber aprendido «cosas que tengo que hacer pero también cosas que no debo hacer».

Filosofía

Su idea de fútbol es clara. «Me gusta que mi equipo juegue bien y eso implica muchas cosas. Atacar y defender bien, con transacciones rápidas de balón, que toque la pelota mucho, que trabaje mucho el balón parado...». Pero a riesgo de encorsetarse, Gracia declaró que «no siempre se podrá hacer este juego porque habrá partidos, seguro, en los que se tendrá que practicar un fútbol más directo».

Javi Gracia no llegará solo a la Tacita. Con él, tiene previsto que llegue el preparador físico Juan Solla, con quien ha contado en su etapa en el Pontevedra. «Llega con las mismas ganas y compromiso que yo», atestigua el técnico navarro.

De momento, no le ha dado tiempo a marcar un calendario de la pretemporada consensuado con el secretario técnico aunque ad-vierte que «la situación nos obliga a organizarnos rápido».

Y puestos a hablar de la situación, no ocultó que muchos de los jugadores que pueda pretender el Cádiz «tengan su reticencias a venir por el motivo de desconocer la categoría donde jugarán». De la misma forma, también se alegra por la esperanza de acabar jugando en Segunda en el caso de que prospere el recurso.

No obstante, asegura no estar preocupado puesto que confía ciegamente en su nueva secretaria técnica. «Veo que hay un gran trabajo», aseguró en relación a los nombres que barajan Barla y Peguero para recomponer un equipo recién descendido. En la misma línea, afirma que no llega obsesionado por ningún jugador que previamente ha tenido en las filas del Pontevedra.

Fue Antonio Muñoz, su nuevo presidente, el encargado de darle la bienvenida y desearle suerte porque «la suya será también la de todos los cadistas». El empresario cordobés se mostró esperanzado con que Gracia pueda conseguir el ascenso -en el caso de jugar en Segunda B- y con más seguridad aún (debido a la esperanza que mantiene en el recurso) declaró que con él «también consiga lo máximo posible en Segunda División».