El Obispado autoriza a abrir el cerro de Santa Ana tras nueve años de negociación

Esta decisión, autorizada por el Obispado de Cádiz y hecha pública ayer por las autoridades eclesiásticas y municipales, llega tras nueve años de negociaciones entre el Ayuntamiento de Chiclana y los titulares de los terrenos, la propia Iglesia.

El parque cuenta con bebederos, bancos, juegos infantiles y seguridad interior. El cerro y la ermita de culto dejarán de abrir sus puertas como venían haciendo hasta ahora sólo un día a la semana, y podrán ser visitados como el resto de parques públicos de la localidad (excepto los domingos), por cualquier ciudadano o turista que llegue a la ciudad.

Este hecho supone para el alcalde de Chiclana, Ernesto Marín, una gran satisfacción «por cuanto es un monumento muy vinculado al municipio y a la historia de los chiclaneros». El párroco de la ermita, José María Alcedo, destacó ayer que «con esta apertura se abren las puertas de Santa Ana a aquellas personas que quieran venir a rezar o a disfrutar del entorno».

La construcción más típica de Chiclana, que incluso ha servido para la elaboración de la nueva imagen municipal, presentada desde hace unos meses, fue construida en el año 1774 y reformada un siglo más tarde.

Desde hace décadas, es un lugar emblemático que ha estado vetado en numerosas ocasiones para los turistas; a partir de ahora, lugareños y visitantes podrán subir hasta el punto más alto del cerro del mismo nombre, desde donde se divisa buena parte del casco histórico de la localidad chiclanera, la playa La Barrosa y el castillo de Sancti Petri, o el Parque Natural de la Bahía de Cádiz y localidades vecinas como San Fernando. En ese punto se ubica uno de los puntos mágicos repartidos por el término municipal.