MUNDO

Los líderes del G-8 rinden cuentas ante siete naciones africanas

En plena crisis mundial por la subida del precio del petróleo y los alimentos, arrancó ayer la cumbre del G-8 en Hokkaido, al norte de Japón. Pero las demandas más críticas llegaron de la mano de siete naciones africanas para que los países ricos cumplan sus promesas de asistencia e impulsen el desarrollo de este continente tan gravemente empobrecido.

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Los líderes de los siete países más ricos del mundo más Rusia se reunieron ayer con los mandatarios de Etiopía, Argelia, Ghana, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Tanzania. «Todos los líderes africanos pusieron un énfasis absoluto en la necesidad de que se cumpla con los compromisos pasados en cuanto a la ayuda al desarrollo y a la salud», indicó un portavoz del Gobierno estadounidense.

Además de estas exigencias, se instó al G-8 a que ejerza su liderazgo en las conversaciones entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y las economías del continente más debilitadas por los altos precios del crudo del continente. No sólo esto, sino que insistieron en las dificultades que viven por la crisis alimentaria, que, según el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, puede prolongarse hasta 2012 a causa, en parte, de biocombustibles elaborados a partir del maíz y vegetales aceitosos.

Tres crisis

«No se necesitan más promesas», apuntó junto a él, en rueda de prensa conjunta, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para quien el mundo afronta actualmente tres crisis: el cambio climático, las emergencias de desarrollo y la crisis alimentaria. Pero la agenda política del G-8, diseñada por EE UU, Japón, Canadá, Italia, Reino Unido, Rusia y Alemania, se centró básicamente en la dictadura de Zimbabue y la crisis social que vive el país bajo el régimen de Robert Mugabe.

En este sentido, la canciller alemana, Angela Merkel, adelantó que su país no reconoce las últimas elecciones y respaldará la aprobación de nuevas sanciones contra el Gobierno de Zimbabue. El G-8 defiende también unas restricciones distintas a las de la Unión Africana (UA).