Jerez

¿Che, campeonamos! Un alegato contra la argentinización

Les pido un poco de paciencia para que lleguemos al meollo de este velador de hoy, y que no es otro que la obsesión enfermiza que me domina cada vez que se habla de los argentinos: son tan chulos como los mas chulos de los españoles y tan empalagosos como los peores italianos.

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La victoria de la selección en la Eurocopa de Viena, aparte de demostrar que el deporte, a veces, es justo, ha dejado más que patente que el señor Rodriguez Zapatero tiene un jardín botánico en el culo. Sí, no una flor como Miguel Muñoz, no una maceta, sino el Botánico de Lisboa al completo.

A uno, que es futbolero de siempre, y lleva toda la vida observando cómo generaciones de magníficos futbolistas se echaban a perder en cuanto se enfundaban la camiseta de la selección. La lista sería interminable, pero no creo que Guardiola, Kiko, Gordillo, Butragueño, Michel, Santillana, Juanito... tengan nada que envidiarle a esta magnífica generación de futbolistas que al fin ha reparado la deuda que el fútbol tenía con este país que, según me cuentan, se sigue llamando España.

Una vez constatado esto y la tremenda injusticia que, a mi parecer, supone que el mejor futbolista de nuestra historia no haya podido disfrutar de este momento; voy a lo que de verdad me importa en este velador de hoy: que gracias a que este campeonato ha sido un triunfo colectivo, fruto de un gran fútbol y carente de genios salvapatrias, nos hemos librado de una argentinización de la vida nacional. Es decir, que corremos menos riesgos de convertirnos en un país de psiquiatras con pamplinas y arquitectos llorones.

No lo puedo remediar, tengo obsesión con los argentinos. Un país capaz de regalarnos a Borges, Gardel o Les Luthiers, idolatra sin eufemismos a un putón verbenero y a un cocainómano confeso, amigo de dictadores y reyezuelos. Yo tengo una envidia indescriptible por lo que Argentina podría llegar a ser, y una fobia incontrolable por la incansable inventiva que demuestra esta nación de charlatanes para joderse a sí mismos. Y encima nos mandan a Angel Capa y Jorge Valdano para ilustrarnos en el Marca inventando el aire y dando por saco.

Mientras la derecha española lleva treinta años intentando enerrar decentemente a Francio, con la oposición pertinaz e interesada de la izquierda, los argentinos de toda índole pasean el fantasma de Perón y sus sucesivas señoras; sin que hasta el día de hoy, este humilde cronista haya encontrado un solo argentino que le explque ese anarco-nacional-sindicalismo que inventó el señor Perón y continuaron con éxito el señor Menem y Palito Ortega con su vacho de chevecha. Y eso sin mentar a Videla y sus compinches, que, con la complicidad de toda la clase media, vendía niños y tiraba señores por esos mares de Dios.

En fin, y para no mentirles, como no tenía la más remota idea de que contarles en el día de hoy, he aprovechado que el Pisuerga pasaba por Viena y por fin ganamos algo, para desahogarme con estos señores que destrozan su propio país y se inventan corralitos con una contumacia merecedora de mas altos empeños. Es una tremenda ironía que en ese país naciera un tio que escribió Funes el memorioso y La historia universal de la infamia.

rafabtoledano@hotmail.com