DISFRUTE. Los niños pasaron una jornada de la playa en La Caleta. / FRANCIS JIMÉNEZ
CÁDIZ

La Caleta como medicina

Más de 400 niños bielorrusos afectados por la castátrofe de Chernobil disfrutaron ayer de una jornada en la playa

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A pesar de la tragedia vivida siguen conservando su inocencia. Aunque conviven con muchas dificultades, la sonrisa nunca se les desdibuja del rostro. Son niños. Han sufrido los efectos de la explosión de la central nuclear de Chernobil. Pero nada les impide luchar por ser felices. Y cuentan con la ayuda necesaria para cumplir sus objetivos. Cientos de familias de Cádiz, Sevilla y Huelva participan cada año en el programa de acogida temporal y saneamiento de niños bielorrusos. Hasta el 2 de agosto estos niños, ya muchos adolescentes, comparten sus días con estas personas que les ayudan a olvidar su particular tragedia.

Un recuerdo que se esfumó ayer durante la jornada de juegos y diversión celebrada en la playa de La Caleta. La hermandad de Vera-Cruz, la parroquia de San Lorenzo y la asociación Aguaores Blancos organizaron un encuentro de todos los niños bielorrusos que viven en Cádiz, además de los acogidos por familias de las otras dos provincias andaluzas.

Disfrute

A las doce de la mañana llegaron en autobuses los miembros de las hermandades de La Macarena, El Cachorro o la Sagrada Mortaja que tienen acogido a alguno de estos niños, además de los acogidos por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva.

En la playa les esperaba una zona acotada alrededor del Balneario de La Palma, donde los pequeños pudieron jugar con sus hermanos «de acogida» y con el resto de sus vecinos. Las risas inundaron La Caleta, sobre todo cuando se metían en el mar y luchaban con las olas.

Y es que, aunque para la mayoría ya no es una novedad venir a Cádiz, siguen disfrutando de jornadas como la organizada ayer por Vera-Cruz, la comunidad parroquia de San Lorenzo, y con la colaboración de Aguaores Blancos.

En La Caleta no faltaron los bocadillos, las bebidas y, sobre todo, la protección solar y las sombrillas. La piel de estos niños es especialmente sensible al sol y necesitan una crema que impida que el astro rey les queme. Pero el mar, la arena y el cariño de sus familias fueron la mejor protección para estos pequeños bielorrusos.

Más actos

Las hermandades que participan en el programa de acogida temporal y saneamiento tienen programada una visita al parque de atracciones Isla Mágica el próximo martes. El 14 de julio, y como es tradicional, los más de 60 niños que se encuentran en Cádiz mantendrán un encuentro con el obispo de la Diócesis, Antonio Ceballos, y por la tarde Aguaores Blancos les ofrecerá una merienda en el claustro de San Francisco. El 17 de julio irán al parque acuático Aqualad, y el 24 visitarán el Parque Natural de la Bahía de Cádiz.

mhuguet@lavozdigital.es