CRÍTICA DE TV

Calzoncillos

El lunes no hubo más que un programa en televisión: la llegada a Madrid de la selección española de fútbol, ofrecida simultáneamente por casi todos los canales en un larguísimo alarde especial que en Cuatro, promotora del evento, se prolongó hasta el fin de fiesta.

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Fiesta es la palabra adecuada o, más bien, festorro, porque el tono general de la ceremonia fue el de un despiporre juvenil más orientado hacia el botellón que otra cosa. Que la fiesta deportiva acabe en bronca orgiástica es algo que va en el signo de los tiempos: el triunfo heroico de Apolo sirve para que Dionisos se coja una merluza de impresión, y eso es una inversión profunda de lo que pasaba con los griegos. Por el mismo precio, Apolo, en girando a Dionisos, se queda en calzoncillos y baila ante las cámaras, que fue lo que los futbolistas españoles hicieron después del partido. Nuestros muchachos, eufóricos por el triunfo, danzaban en el vestuario en calzoncillos entre espumas de champán; la cámara de Cuatro, cómplice o voyeur, inmortalizó el momento. La imagen era tan llamativa que Cuatro no dudó el lunes en repetirla, y de hecho fue la escena que cerró el gran despliegue futbolero de la cadena.

Desde el punto de vista informativo tiene sentido: nada tan periodístico como intentar ver lo que suele quedar oculto. Desde el punto de vista deportivo, sin embargo, esto tendrá sus costes: ningún héroe soporta la exhibición en calzoncillos. Así como nadie es rey para su ayuda de cámara, del mismo modo nadie puede seguir ciñendo el laurel cuando se le han visto los calzoncillos. Es cuestión de decoro. La imagen del calzoncillo volvía una y otra vez a las retinas cuando nuestros canales iban soltando titulares impresos en pantalla al paso del cortejo triunfal: «Nuestros héroes vuelven a casa», «España recibe a sus héroes»...

Héroes, sí, pero héroes en calzoncillos. En absoluto debe extrañar que el showman escogido por Cuatro para ejercer de maestro de pista en el gran festival fuera el imitador Carlos Latre, que es el humor en calzoncillos. Ni que luego, al terminar la emisión, Angels Barceló invitara a los chicos de la cadena -los Manolos- a quedarse en calzoncillos. No lo hicieron, por fortuna. Después de todo, ellos no han ganado la Eurocopa. La copa la ha ganado la quinta del calzoncillo. Heroico calzoncillo.