GRUPO. De espeleólogos preparándose para entrar en una cueva.
Jerez

Pasión por la grutas

La espeleología, una displina entre deportiva y científica, sigue siendo una propuesta muy interesante para las fechas veraniegas

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Fundamentalmente se trata de una disciplina cuyo objeto es la observación y la investigación de las cavidades interiores. Se trata de la espeleología y, aunque es practicable durante las cuatro estaciones del año, el verano es el momento en el que más y mejor se practica.

Andrés Leal es un jerezano que quedó encantado cuando un día su tío Antonio le mostró los misterios de las cuevas. «Desde que entré por primera vez en una cueva ya no he dejado de preparar pequeñas expediciones», comenta mientras degusta un vermú con mucho hielo cuando llega la hora del mediodía.

Leal prosigue con sus impresiones particulares y afirma que «para esto de la espeleología hace falta combinar la buena forma física, y por tanto la afición al deporte, junto con un cierto interés por la investigación».

Equipo

Un casco con la lámpara imprescindible, unos cuantos ochos, mosquetones, distintos arnés o las cuerdas de nylon son algunos de los elementos que no debe de faltar en el equipo de espeleólogo.

Cádiz no es mala zona para practicar esta afición que se desliza entre el esfuerzo físico y un cierto toque de curiosidad ante la adversidad o la oscuridad. La cueva del Gato, o la del Susto, así como la cueva de la Pileta son, por poner algunos ejemplos, lugares de interés. Andrés parece que está preparando una expedición, aunque ésta se va a producir fuera de la provincia. «No quiero adelantar nada porque todavía no está todo cerrado y después se gafan las cosas. Lo que sí quiero dejar claro es que esto hay que practicarlo siempre en grupo. Es una disciplina de grupo», afirma.

Andrés espera disfrutar de su afición ahora que tiene tiempo libre. «La belleza de lo que hay debajo de la tierra, es impresionante. Tanto que te arrastra a seguir un poco más adelante», concluye.