FAMILIARES Y AMIGOS. Las visitas a Rafael Ávila son constantes a lo largo del día. / CRISTÓBAL
Ciudadanos

La Policía vigiló decenas de cabinas en Madrid durante el secuestro de Ávila

La UDEV destinó medio centenar de coches camuflados a esta labor

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Brigada Central contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) controló y vigiló varias decenas de cabinas telefónicas durante el secuestro del sanluqueño Rafael Ávila, llegando a destinar para ello hasta medo centenar de vehículos camuflados. Y, según han reconocido fuentes policiales, gracias a esa labor pudo comenzar a identificar a los secuestradores.

Tal como se ha apuntado en días anteriores, los delincuentes se comunicaban con los Ávila a través de un amigo de la familia, a cuyo teléfono móvil realizaban las llamadas -las primeras se realizaron desde cabinas de Jerez, Sanlúcar y El Puerto- para que les trasladase el mensaje que querían. En un principio pidieron 10 millones de euros por la liberación -acabaron rebajando la cantidad a 2 millones-, pero las comunicaciones cesaron después de que trascendiese a los medios que un grupo especializado en secuestros, procedente de Madrid, se había hecho cargo del caso.

Los delincuentes estuvieron entonces unos días sin dar señales de vida y la Policía comenzó a pensar que Rafael Ávila podía estar muerto. De hecho, así se lo hizo saber al Ministerio de Interior. Al parecer, el grupo de secuestradores sospechaba que podía tener a los investigadores pisándole los talones y prefirió tomar precauciones. Pero el móvil del amigo de los Ávila volvió a sonar el 12 de junio. Fue en el momento en el que un hombre hablaba en una cabina telefónica que uno de los vehículos camuflados de la UDEV controlaba cerca del Rastro de Madrid. Los agentes sospecharon de él y le siguieron hasta una calle de Vallecas.

Resultó ser Miguel Rodríguez de Souza, que fue sometido a un seguimiento posterior. Éste, junto a las llamadas que realizó a sus cómplices en el secuestro, permitieron localizar al sanluqueño secuestrado y organizar, junto a los GEO, el dispositivo para una liberación que tuvo lugar la madrugada del pasado día 18 de junio en un chalé situado a las afueras de la localidad onubense de Almonte.

wjamison@lavozdigital.es