Más de la mitad de las tiendas de calle Real cierra en protesta por las obras del tranvía

Sonaban las campanas de la Iglesia Mayor cuando empresarios y trabajadores salían a las puertas de sus negocios para protestar por las obras del tranvía. El 90% de los profesionales y empresas de Emproa, la asociación de empresarios de la ciudad, secundó ayer un paro de dos horas que comenzó al mediodía y que se tradujo en el cierre de más de la mitad de las tiendas de calle Real.

La falta de un estudio de viabilidad y el desconocimiento de si van a recibir ayudas de las administraciones por las perdidas económicas ocasionadas durante el tiempo que duren las obras del tranvía por la calle Real han ocasionado malestar en los pequeños comercios del entorno.

Por ello, han solicitado que se ponga en marcha cuanto antes una Oficina de Información al ciudadano para que pueda conocer en qué medida van a verse afectados sus empresas y durante cuánto tiempo. El presidente de Emproa, Juan Antonio Muñoz Mainé, llamaba la atención sobre el hecho de que muchos negocios tendrán que reducir personal y «eso supondrá más paro en la ciudad».

Los taxistas también se sumaron a la convocatoria. La estación central dejó de recibir llamadas y todo el colectivo expresó su «disconformidad total al tranvía, ya que como medio de transporte es una competencia directa», expresó Juan José del Cid, presidente de la Asociación Isla Taxi.

El grueso de los detallistas de los mercados Central y San Antonio también cerró sus puestos de venta. Aunque algunos decidieron seguir abiertos, sí lamentaban que la semipeatonalización de la calle Real puede suponer el aumento de la crisis que muchos ya padecen. Y es la idea de que la ciudadanía sustituya el comercio tradicional del centro por los grandes centros comerciales de mayores comodidades se ha convertido en la inquietud de todos los que protagonizaron el cese de dos horas en su actividad.

Ni la plataforma Movimiento Ciudadano, ni la Asociación de Comerciantes de San Fernando (Acosafe) se unieron a la protesta, pese al llamamiento efectuado por la Asociación vecinal Casco Histórico, una de las más sensibilizadas junto con los vecinos de Albina del Puente. Los expropiados del tranvía también mostraron su adhesión a la convocatoria con el cierre de algunos establecimientos y la concentración de los vecinos a las puertas de estos.

La delegada general de Urbanismo, Carmen Pedemonte (PP), mostró ayer su apoyo a los comerciantes y volvió a arremeter contra el paso del tranvía por la calle Real, algo que no comparten los andalucistas, sus actuales socios de Gobierno. «Nuestro respaldo al comercio se debe a la gran incertidumbre existente. Por ello, pedimos que, de forma urgente, se ponga en marcha la oficina de información de las obras», dijo.

La popular incidió en que se trata de una obra de la Junta y se defendió de las voces que acusan al PP de haberse olvidado de sus convicciones por tal de llegar al poder. «Ni nos hemos bajado los pantalones ni hemos guardado en un cajón las firmas que recogimos para que se celebrase una consulta popular», subrayó.

Pedemonte recordó que si se han olvidado de la citada consulta es porque «no se aprobó en Pleno y al estar en una democracia debemos aceptar esta negativa». No obstante, precisó que de haberse realizado este sondeo sería la Gerencia de Urbanismo la que se habría encargado de trabajar con la Junta para que tomara forma el tranvía y no el Instituto de Promoción de la Isla (IMPI) como ocurre hoy día.

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