LÍDER. Contador besa su trofeo de campeón del Giro. / EFE
ALBERTO CONTADOR CICLISTA

«No ir al Tour me ha permitido ganar el Giro de Italia»

Estará en los Juegos y en la ronda española en busca del triplete con las tres 'grandes' «Me gusta más el maillot rosa que el amarillo»

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El tipo que ha sacado al ciclismo español de la cloaca pasea despreocupado por el parque del Egido de Pinto, su parada y fonda, una pequeña ciudad dormitorio al sur de Madrid rodeada de autopistas. Alberto Contador sonríe. Viene caminando de la casa de sus padres y en el pueblo las miradas se desvían hacia sus andares garbosos.

-¿No es insultante para los otros ciclistas que usted ganase el Giro cuando fue de mala gana porque le robaron días de vacaciones en la playa?

-Ja, ja, ja. Bueno, tanto como insultante no creo. Yo no necesito mucha competición para ponerme en forma y luchar por las victorias. Fui al Giro tranquilo y tuve la suerte de que las primeras etapas eran bastante cómodas. Eso me permitió ponerme en forma.

-Ese argumento distingue a los grandes de los normales.

-Esto es como el engordar o no. Los hay más predispuestos o menos. Cada cuerpo no reacciona igual al esfuerzo. Tuve muchas críticas de corredores italianos, sobre todo de Ricco, que se molestó por aquello de que estaba en la playa, pero no le doy más importancia.

-¿Qué le dijo usted a su director, Johan Bruyneel, cuando le ordenó que debía ir al Giro?

-No lo puedo decir públicamente, pero se lo puede imaginar.

-¿Respuesta gruesa, insulto, mal rollo?

-Se lo dije claramente. Correr el Giro era todo desventajas. Yo ya no puedo ir a las carreras a hacer segundo o tercero, porque se me exige ganar. Y no puedo ganar si no estoy preparado. No me gusta retirarme de las carreras porque sí.

-¿Cuándo pensó que podía ganar?

-En la Marmolada.

-¿Qué tiene el rosa, por color, sabor o lo que sea, distinto al amarillo?

-Lo primero fue un orgullo. Y sí, ya se sabe. En España parece que el rosa era sólo un color de niñas, pero a mí me gustaba más cómo me quedaba el maillot rosa que el amarillo. Fue especial, claro que sí. Tenía una bici rosa preparada, pero no quise sacarla porque quedaban muchos puertos y ya estaba acoplado a la mía. Ahora la tengo en casa, como la amarilla del Tour.

-Su trayectoria es similar a la de Induráin. Él ganó el Tour 91 sin ser favorito, como usted el Tour 2007, y la ratificación llegó en la primavera siguiente, en el Giro 92. Como usted en 2008. ¿Cómo lo valora?

-Como una anécdota. No le doy más importancia. Sólo me preocupa hacer las cosas bien y lograr resultados.

-¿Se imagina que todo da un vuelco y el Tour levanta el veto al Astaná? ¿Correría?

-Si me dicen que tengo que ir al Tour tendría que ir, pero no a luchar por la victoria. Seguro que me retiraría. Para sólo inscribirme, prefiero no ir.

-El Tour siempre ha sido un garante de la lucha antidopaje, una referencia. Sabía que se arriesgaba fichando por el Astaná.

-El Tour no tiene ninguna razón para excluir al Astaná, porque el equipo de 2008 no tiene nada que ver con el de 2007.

-Siempre se le recordará al ganador del Tour 2008 que no estaba Contador.

-Se dirá que no estaba el Astaná. El equipo hizo primero y tercero en 2008 y segundo en 2007. Es sorprendente que el mejor equipo del mundo no pueda participar en la mejor carrera. Acepto su decisión, pero se han equivocado. Me alegro que el Tour no me haya invitado porque he ganado el Giro. No sé si me equivocaré, pero con 25 años he adquirido más prestigio al ganar Giro y Tour que si hubiera ganado dos Tour. A veces nos obcecamos con el Tour y hay que enriquecer el palmarés.