EMPIEZA. Una de las aulas de examen en la Facultad de Filosofía y Letras, de Cádiz. / ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

La actualidad también llega a la selectividad

El informe Pisa sobre la educación de los alumnos y la política en la democracia entraron en los exámenes

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Nervios, estrés e inquietud. Este año, estos síntomas no sólo lo debían de sufrir los casi 4.000 alumnos que ayer acudieron a examinarse de la prueba de acceso a la universidad, más conocida como selectividad. También la Universidad de Cádiz se ponía a prueba, un año más, como organizadora y coordinadora de este examen a nivel regional.

La primera jornada de exámenes, tanto para alumnos como para los organizadores, arrancó a las 9.00 horas de la mañana de ayer con «normalidad y sin incidentes», valoraron el vicerrector de Alumnos, David Almorza, y el director general de Acceso de la UCA y, este año, máximo responsable de la organización de las pruebas, Eduardo González Mazo. A la misma hora se ponían manos a la obra, bolígrafo en ristre, los 28.107 alumnos de las ocho provincias de Andalucía, que en el acceso a la Universidad se considera un distrito único. La UCA también coordina las pruebas en Ceuta y Melilla, y más allá de nuestras fronteras en Tetuán, Tánger, Casablanca y Alhucemas, para los alumnos de institutos bajo competencia del Ministerio de Educación.

De la provincia Cádiz se han presentado 3.935 personas, que se repartieron por las 15 sedes de la UCA en la provincia, en Cádiz, Jerez, Puerto Real y Algeciras.

Examen «superfácil»

Primera prueba: análisis de texto de Lengua Castellana y Literatura, en el que los jóvenes debían desarrollar uno de los dos temas propuestos. El primero, un fragmento de una novela del escritor Eduardo Mendoza. Y el segundo (el más escogido por los preuniversitarios) un texto periodístico en el que se analizaba el demoledor informe Pisa, en el que se denuncia la crítica situación de conocimientos de los alumnos españoles. Los mismos que ayer, paradójicamente, intentaban demostrar que saben lo suficiente para entrar en la universidad. La mayoría de los que ayer se presentaron, de hecho, lo conseguirá, si se cumplen las estadísticas. En los últimos años, el nivel de aprobados ha rondado el 90%.

Y es que el examen, al menos el de Lengua, era «superfácil». Así lo consideraba ayer la mayoría de los alumnos que hacían corrillo después de la hora y media que duraba la prueba (algunos salieron antes, claro).

Menos fácil resultó el examen de Historia que llegó a continuación, y versó sobre la Revolución Gloriosa de 1868 y la «democracia española a través de sus gobiernos desde 1978 al 2000», con los resultados electorales y el discurso de investidura de Felipe González en 1982 como documentos de análisis. Este segundo tema fue el que tomó por sorpresa a muchos alumnos. «Yo estudié hasta la transición y al final ha caído la democracia», se lamenta Cristina Carrillo, que quiere estudiar Ingeniería Técnica Industrial, y que ayer se levantó a las siete de la mañana porque «no podía dormir». Como ella, otros muchos alumnos durmieron poco el domingo por culpa de los nervios. «Yo me acosté a las tres de la noche repasando y a las seis ya estaba desvelado», afirma otro alumno que, en lugar de Historia, se examinó de Filosofía. En esta prueba, los temas a desarrollar también fueron dos, y de nuevo, uno prevaleció sobre el otro en el ánimo de los alumnos: Platón ganó a Santo Tomás de Aquino.

Asignaturas más hueso

Justo después llegaría la asignatura más hueso entre las comunes a los cuatro Bachilleratos: Inglés. Los libros de esta materia se hojeaban más rápido en el último repaso de pasillo. Los nervios a esa hora (las 13.00 horas de una mañana maratoniana) estaban ya mucho más calmados, tras cerciorarse de que todo era mucho más sencillo que lo previsto.

«Yo me imaginaba más oscuridad, todo mucho más serio», reconocen Lucía Sanabria y Alejandra Borrell, dos compañeras del instituto San Felipe Neri que podrían volver a coincidir, si se cumplen sus objetivos, en clases de Derecho. Finalmente todo les resultó diáfano, teniendo en cuenta que para acceder a esta carrera sólo necesitan una nota global de cinco. La misma «nota de corte» que la práctica mayoría de las carreras posibles.

Despuntan aún Medicina y Fisioterapia, que en junio de 2007 exigían un 7,34 y un 8,21, respectivamente. La nota media de los alumnos andaluces, sin embargo, fue el año pasado de un 6,4. El resultado de la selectividad sólo supondrá un 40% de esta nota final, ya que el 60% se pondera con el expediente académico.

Hoy y mañana, los alumnos vuelven al maratón de exámenes, esta vez sobre las asignaturas propias de cada modalidad del Bachillerato.

¿Que haya suerte!