TEATRO. Parodia de la batalla con los molinos.
CÁDIZ

Hidalgos de gotero y dieta blanda

Un grupo de enfermeros de atención primaria explica el trabajo de este colectivo con una parodia del Quijote en un congreso celebrado en Cádiz

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Cuando Don Quijote acometió a los gigantes tuvo la mala suerte de que, por un encantamiento, se transformaron en molinos. A pesar de que quedó molido, no tuvo que pasar por la UCI, ni hizo rehabilitación, ni su Dulcinea le aseó porque él no podía levantarse de la cama. Pero, ¿qué hubiera pasado si tras su aventura hubiese sufrido una lesión craneoencefálica severa? El grupo de teatro Du-dué-du-duá, conformado por un grupo de enfermeros gaditanos, hizo ayer una función en el marco del VII Congreso de la Asociación Andaluza de Enfermería Comunitario en la que pusieron sobre las tablas un don Quijote que debe ser cuidado, en su casa tras salir del hospital, por una enfermera de atención primaria. Pretendían mostrar la labor diaria de este grupo de profesionales.

«Nosotros somos un grupo de enfermeros, llevamos tres años haciendo funciones, tanto para profesionales (el caso de ayer) como para niños, en las que les enseñamos hábitos saludables», comentó el director de este equipo y presidente del comité organizador del congreso, Jesús Fernández. «Nuestra intención es mostrar la labor de este tipo de enfermero, que es muy desconocida ya que siempre que se piensa en estos sanitarios se asociado a hospitales», indicaba Fernández, que representó a Cervantes.

Durante la función, el grupo de teatro abunda en un concepto que los enfermeros de atención primaria conocen bien: hay que tratar al cuidador de la persona dependiente como si fuera otro enfermo. Dulcinea, cuando se enfrenta a la realidad de tener que hacerse cargo a don Quijote, sufre un cuadro de ansiedad. La enfermera que acude a la casa le enseña a levantar al enfermo, a tratarle y le indica los pasos que debe seguir para que se restablezca.

«Esto es una dramatización, pero la realidad con la que se enfrentan estos profesionales todos los días suele ser más dura», explicaba Fernández. «Tan importante como ayudar a administrar una medicina es escuchar activamente al familiar y al paciente para poderles recomendar cómo afrontar una situación que, en la mayoría de los casos, desborda a todos», comentaba el presidente de este congreso.

El grupo de teatro, cuyos profesionales se conocieron en un centro de atención primaria de El Puerto, hace las funciones «como afición, en nuestros ratos libres, pero también es una manera de seguir implicados con los pacientes», destacó Fernández que, desprovisto de su disfraz de Manco de Lepanto este lunes volverá a visitar a los pacientes gaditanos en sus casas.