Sociedad

«¿Es que nadie piensa en los niños?»

Los expertos desvinculan los videojuegos de las actitudes agresivas que pueden surgir en la infancia

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Los discursos familiares de Barack Obama suelen incluir la recomendación de apagar la videoconsola. Hillary Clinton riñó personalmente a Rockstar por el infame Hot Coffee, el minijuego sexual oculto en el código de GTA: San Andreas. En lo que se refiere a videojuegos, la opinión pública norteamericana no se distingue de la europea: está dictada por no jugadores, alarmados por el potencial adictivo de unos juegos que los más condescendientes tildan de pérdida de tiempo, mientras otros extremistas como el abogado de Florida Jack Thompson demandan a las empresas que desarrollan estos programas por inspirar los episodios de violencia protagonizados por jóvenes desequilibrados.

Lawrence Kutner y Cheryl K. Olson son miembros de la Universidad de Harvard y fundadores del centro sobre salud mental y medios de comunicación del hospital general de Massachusetts. Kutner ha escrito cinco libros sobre psicología infantil y Olson encabezó la primera investigación federal sobre los efectos del ocio electrónico en niños y adolescentes. Grand Theft Childhood: The Surprising Truth About Violent Videogames And What Parents Can Do (Simon & Schuster, 2008) es fruto de sus experiencias y se presenta con un amplio trabajo de campo.

El libro toma prestado su título de la serie Grand Theft Auto, sospechosos habituales en cuanto toca a juegos polémicos. El subtítulo sugiere por dónde van los tiros: La sorprendente verdad sobre los videojuegos violentos.

Juegos peligrosos

Una investigación de dos años sobre la conducta de más de un millar de adolescentes sirve a Kutner y Olson para concluir que no existe ninguna causa que relacione los videojuegos con actitudes agresivas en la infancia. Los datos indican que los jóvenes que prefieren juegos de acción como los GTA a las casas de muñecas virtuales de Los Sims tienden a meterse más veces en líos en la vida real, pero es imposible determinar si el niño se vuelve violento a causa del juego o por el contrario son los niños agresivos quienes buscan desahogo en mundos donde sus actos no tienen consecuencias reales.

Los autores de Grand Theft Childhood urgen a los padres a poner en contexto la afición de sus hijos a los videojuegos. Peleas frecuentes, notas bajas y una dedicación compulsiva al juego pueden ser indicios de problemas si vienen unidos. Es una aproximación de sentido común. Sí que llaman la atención los especialistas Kutner y Olsen sobre comportamientos inusuales, como chicas que dedican su tiempo de juego exclusivamente a entretenimientos violentos, o chicos que manifiestan un desinterés total por el ocio electrónico.

Por otro lado, la competencia entre los varones se manifiesta también hoy en los juegos sociales, como prueba la proliferación de partidas multijugador, modos cooperativos y juegos de rol masivos, y la inhibición puede privarles de una formación necesaria para vivir en una sociedad cada vez más tecnificada.