ADMIRADO. Manuel Alcántara en la presentación del libro. / LA VOZ
Cultura

Manuel Alcántara: «Contra el olvido se escribe inútilmente»

Una antología reivindica la condición de poeta del autor con una selección de 25 textos

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«Contra el olvido se escribe inútilmente». Ninguna duda mostraba ayer el poeta y articulista de LA VOZ Manuel Alcántara durante la presentación de su Antología personal, recopilación de su obra poética en cuya selección ha participado él mismo y publicada por la editorial Almuzara. «Málaga me vio nacer, según me han contado, hace ochenta años. No me extraña porque siempre tiene los ojos abiertos», rememoraba Alcántara, para constatar que, ahora, la Fundación que lleva su nombre «aplaza el olvido». Y eso le permite recordar que en «esa extraña tarea» de la poesía «se me ha pasado la vida».

Ahora, esa travesía que va «del abordaje al socorrismo» queda resumida a través de 25 poemas escogidos entre el primero de sus libros y el último. Así quedó patente en el acto de presentación del volumen, al que asistieron el presidente de la editorial Almuzara, Manuel Pimentel; el vicepresidente ejecutivo de la Fundación Manuel Alcántara, Teodoro León Gross; el director de la colección de poesía de Almuzara, Juvenal Soto; y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, entre otras personalidades de la cultura y la política malagueñas, como la vicerrectora de Cultura de la Universidad de Málaga, María Isabel Calero; el representante de la Asociación de Editores de Andalucía, Francisco Argüelles; el pintor Eugenio Chicano; o el abogado José Manuel Cabra de Luna.

De los casi 18.000 artículos que Manuel Alcántara ha publicado en prensa, se han editado cuatro recopilaciones: Los otros días, Fondo perdido, Vuelta de hoja y Málaga nuestra. Sin embargo, son pocas las referidas a su obra poética. Apenas la que abría la Biblioteca de Autores Malagueños y su colección Las cuatro estaciones, y ésta, cuya selección realiza el propio Alcántara junto a Juvenal Soto.

No podía ocultar el poeta y articulista su agradecimiento a la iniciativa: «Sé escoger a mis amigos», aseguraba generoso porque «momentos como este alegran mi corazón, vale la pena y valen las penas». «Por fortuna, la palabra gracias es la única moneda que ni se gasta ni se pierde», añadía, consciente de que es «un mal maestro quien no se convierte en discípulo de los jóvenes a los que dobla en edad, sólo en edad».

Esta Antología personal fue una propuesta de Juvenal Soto, dispuesto a reivindicar al Alcántara poeta, a su juicio, un «consumado creador de sonetos». «Es uno de los grandes poetas vivos, pero quizás poco conocido como tal», aseguró Soto, convencido de que incluso se encuentra «en condiciones de aspirar a cualquier premio de literatura española». Según Juvenal Soto, «el lector va a descubrir a un grandísimo poeta». Pero, además, a su juicio, se podría decir que la selección es una autobiografía. «Si se repasa a fondo, se pueden observar rasgos de él mismo, y eso es difícil porque no suele dar datos en sus obras», advirtió el director de la colección sobre una antología que recoge la poesía menos conocida de Alcántara, «la más metafísica». Aunque también parte de la más popular.

Polivalente

«Aunque el cainismo tan característico en España haya hecho que los articulistas tiendan a verlo como un poeta excepcional y los poetas, como un articulista excepcional, nosotros tenemos la convicción de que lo es, tanto como poeta como articulista», consideraba el vicepresidente ejecutivo de la Fundación Manuel Alcántara, Teodoro León Gross, que recordó los inicios del autor malagueño en el «ambiente de aquellos cafés bohemios de los años cincuenta».

León Gross se mostró satisfecho de que la primera publicación en la que la Fundación está comprometida sea un libro de poemas en el que «la figura del articulista ha terminado solapando a la del poeta», ya que consideró que hay que reivindicar esta faceta.

Sin embargo, no es una labor fácil para una editorial, como advirtió Manuel Pimentel. «Un editor le tiene a la poesía mucho miedo porque sus lectores fluctúan», recalcó, para reconocer que, no obstante, «debe convivir con ese peligro». Por ello, apuesta por una colección que «se consolida con buenas firmas». Primero fue Elena Martín Vivaldi. Luego, Fernando Ortiz y Juvenal Soto. Y, ahora, es el turno de Manuel Alcántara, según Pimentel, «una de las pocas personas que levanta un cariño tan unánime» y, eso, en un mundo «tan competitivo como el de la poesía», tiene más valor. Al fin y al cabo, para Alcántara, la poesía es «un intento de explicarnos el mundo que no se entiende».