HOGAR. Fachada de las viviendas principales del desaparecido y de un familiar directo. / CRISTÓBAL
Ciudadanos

La familia rompe su silencio para pedir que paren «las llamadas de mal gusto»

En la casa del padre del desaparecido sufren las bromas de personas anónimas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Educado, elegante y pese a su importante fortuna no se caracteriza por alardear de ello. Ésta podría ser la descripción consensuada tras dialogar con los hosteleros de Bajo de Guía, cuyos afamados establecimientos han sido visitados en reiteradas ocasiones por Rafael, a quien le llaman por sus apellidos (Ávila Tirado), como ocurre en los centros de trabajo. La mansión del empresario está a escasos metros de este importante enclave sanluqueño, donde se alinean los restaurantes frente al Coto de Doñana, de ahí que acudiera con mucha asiduidad a comer o cenar. Su familia rompió ayer su silencio para pedir que no se hicieran más llamadas anónimas «de pésimo gusto» y que sólo aportan información falsa.

Esta declaración de última hora estuvo precedida por un primer intento sin éxito de contactar con alguien de la familia para conocer la otra cara de esta historia: el difícil trance por el que atraviesan los allegados de Rafael que al cierre de esta edición seguían sin tener noticias suyas. Desde el exterior se podían ver indicios de que su casa no estaba vacía, como una moto aparcada a los pies de la escalinata que lleva hasta la puerta principal del inmueble. Las llamadas al portero electrónico (equipado con una cámara de vigilancia) o al teléfono fijo resultaron infructuosas. Gracias a un vecino se pudo confirmar que había personas dentro, pero que no querían hablar con la prensa, siguiendo así las indicaciones de la Policía que les ha pedido que sean prudentes para no perjudicar la investigación.

En las viviendas que flanquean a la del empresario sanluqueño también mostraban una aparente soledad. Tan sólo salió el propietario de otra de las casas que se encuentra en la misma acera para simplemente decir que no sabía nada.

El siguiente intento por conocer los detalles de lo ocurrido antes de su desaparición, se produjo en su asesoría fiscal de la avenida del Quinto Centenario. Un cartel en su puerta informa que desde el pasado 12 de mayo la oficina sólo permanece abierta hasta las tres de la tarde.

Pasada ya esta hora, la sede de la empresa de Rafael Ávila mostraba el mismo aspecto que su vivienda. Esa quietud sólo la rompía la mujer de la limpieza que confirmaba que los compañeros del empresario «están muy preocupados por la falta de información». Aunque la actividad en la asesoría no se ha frenado pese al extraño suceso.

En voz baja

La continencia verbal que está demostrando la familia ha influido de forma determinante en la localidad, donde los comentarios y las hipótesis habituales que suelen circular tras un caso alarmante, se hacen en voz baja, sin corrillos en la calle. Aunque la preocupación está latente: «No se paran de oir comentarios, pero todo resulta muy extraño. Me imagino que si ha habido un secuestro se sabrá pronto porque alguien pedirá un rescate. Pero las especulaciones son de todo tipo», decía ayer uno de los hosteleros que tiene a Rafael Ávila entre sus clientes conocidos.

A última hora se rompía por fin el silencio en el seno de la familia, de la que salían los primeros comentarios oficiales. Desde la vivienda del padre del desaparecido, el conocido constructor Rafael Ávila Camacho, se pedía que pararan las llamadas anónimas que están recibiendo desde que se conoció la noticia, «muchas de las cuales son de pésimo gusto». También se insistía en que hasta ahora todos los datos que han recibido de estos informantes son falsos, por lo que animan a cualquier persona que pueda aportar alguna información fidedigna, que lo haga saber a la Policía Nacional.

stubio@lavozdigital.es