PRIMAVERA. Muchos niños de la ciudad celebran su Primera Comunión en estos meses.
Jerez

El día de su Primera Comunión

Las comuniones se convierten en grandes protagonistas en los fines de semana e invanden los salones de celebraciones

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Si el mes de mayo es conocido, entre otras muchas cosas, por el refrán Hasta el 31 de mayo no te quites el sayo, también lo es por las numerosas comuniones que suelen celebrarse durante el mes de mayo y pricipios o mediados del mes de junio.

Así, todos los sábados y los domingos primaverales es muy habitual encontrar por las calles a alguna niña vestida, elegantemente, con su traje blanco y a algún que otro niño enfundado en su traje de marinerito. Éstos aprovechan los mejores enclaves de la ciudad y los parques más emblemáticos para realizar el book de fotos del día de su Primera Comunión. Y es lo que se ha hecho tradicionalmente, ya que se trata de uno de los días más importantes para estos niños que cursan 4º de Primaria es su comunión -ellos no lo saben pero con la madurez vendrán muchos más-.

No es extraño que consideren este día como uno de los más releventantes en su etapa de niñez porque, independientemente de la importancia religiosa que tenga este día, ellos recuerdan que se convirtieron en verdaderos protagonistas reuniendo a sus familiares y amigos. «A mí me gusta porque todos mis amigos vienen a mi fiesta, me felicitan, me hacen regalos y jugamos mucho», cuenta una niña que recibió su Primera Comunión hace unas semanas.

Pero estas celebraciones han cambiado mucho en los últimos años. Y así lo asegura Gregoria Mendoza, una jerezana de 49 años que ha vivido la comunión de sus cuatro hijos. «Todo se ha salido de madres. Ahora se celebran las comuniones como si fuesen bodas. Sus padres tienen que ahorrar de manera descomunal para realizar un convite por cubierto, con catering, camareros progesionales y todo», relata. Y recuerda cuando «me tocó a mí embarcarme en tanto lío de fiestas. Pero yo, como la mayoría de la gente hace unos años, me fui al campo y organizamos una gran banquete. Lo pasamos bien y no nos supuso tanto gasto».

Resulta evidente, si se da un paseo por los salones de celebraciones en estos días, puede observarse que las comuniones hoy día se hacen por todo lo alto. «Y a los niños se les acostumbra mal, muy mal. No veo lógico que se contraten los servicios de un catering para ello. Un castillo hinchable, una papas aliñás, unos filetes a la plancha y unas chucherías bastarían», argumenta otra señora.