El cacereño Santos Domínguez gana el Premio de Poesía Manuel Alcántara

Un poema «obsesivo» sobre la muerte que dice sin decir. Ese ha sido el que finalmente ha cautivado al jurado del XVI Premio de Poesía Manuel Alcántara, el de mayor dotación económica para un solo poema. Según el fallo dado a conocer ayer, el ganador es el crítico y poeta cacereño Santos Domínguez, con su poema El reino de los hielos. Dotado con 6.000 euros una escultura de Jaime Pimentel, el galardón supone un «respaldo y un empuje» para el autor, como ayer mismo destacaba desde la playa, donde pasa unos días de descanso ajeno al mundanal ruido. Tanto es así, que se «había olvidado» de la convocatoria, que promueve el Ayuntamiento de Málaga y la Fundación Unicaja.

En una reñida edición, el jurado eligió finalmente por unanimidad el trabajo de Santos Domínguez por «cómo mantiene una tensión verbal que es un correlato de uno de los temas universales de la poesía, la muerte, pero sin nombrarla en ningún momento y que puede llegar a ser obsesivo».

Así lo definió el poeta Álvaro García, que formado parte del jurado junto a los también escritores Alfonso Canales, Luis García Montero, y el ganador de la pasada edición, Pedro Antonio González Moreno, así como el delegado de Cultura del Ayuntamiento, Miguel Briones.

Nacido en Cáceres en 1955, Santos Domínguez es catedrático de Lengua y Literatura y crítico literario. Hasta ahora, se ha movido por lo general en el ámbito extremeño. De ahí que, como comentó Álvaro García, esta distinción le le permita llevar su obra al ámbito nacional.

En cualquier caso, no es el primer premio para el cacereño. En su haber también cuenta con el premio nacional de Poesía del Ministerio de Educación por su libro Cavernas de piedra (1983), así como el Gerardo Diego por Tres retratos del frío (2004) y el premio internacional Jaime Gil de Biedma y Alba con Díptico del infierno, entre otros. Tras conocer la noticia, sí se confesaba «contento y tremendamente satisfecho», aunque no sorprendido. Y «no por chulería», sino porque «cuando uno se presenta a un premio siempre tiene esperanzas de ganar». El problema es que, según confiesa, «el terreno literario es el terreno de la incertidumbre, y no se puede saber de antemano si realmente uno va a conectar» con el público. Especialmente, en el caso de la poesía, donde, a su juicio, «el lector también es más exigente».

No obstante, Santos Domínguez no se despega en El reino de los hielos de su característico estilo: «La búsqueda de la imagen y el trabajo con el ritmo».

Además, el autor y crítico vuelve a tratar el tema del tiempo, «tema que atraviesa toda mi obra, aunque también la de la literatura universal».