MENTALIDAD. Julián Rubio derigió su primera sesión de entrenamiento como nuevo técnico del Cádiz. / ANTONIO VÁZQUEZ
Cádiz C.F.

«No soy un loco; si vengo a Cádiz es porque nos vamos a salvar»

Julián Rubio dirige su primer entrenamiento «ilusionado» y convencido del éxito «Quiero que los jugadores pongan más intensidad, que es lo que ha faltado»

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Julián Rubio toma el mando. Agarra el timón de la nave amarilla en día de tormenta y se moja mientras capea el temporal. Sencillo y cercano, el técnico manchego fue presentado en El Rosal tras el entrenamiento matutino. Utiliza un discurso claro y sin alardes, habla de inculcar cuatro conceptos a su plantilla y se resiste a hablar de valentía. «Acepto el puesto porque tengo ganas de entrenar. Soy atrevido, pero no loco ni tonto, y sé que nos vamos a salvar».

En primer lugar explica el motivo por el que decidió firmar por el equipo amarillo hasta final de temporada. «He atravesado una situación personal difícil y estoy loco por salir de ella. Se ha acabado el ciclo de problemas personales y ya no tengo ataduras, sólo una gran ilusión por entrenar».

Cuando le llamaron del Cádiz, no habló de dinero. «Eso no sería ético ni elegante. La pregunta es ¿quieres o no quieres? Yo voy, porque trabajar me hace mucha falta. Me han ofrecido despachos de secretario técnico, pero me gusta el césped y la tensión de los noventa minutos».

Es un técnico visceral, que ha tenido más de un enfrentamiento con algunos de sus ex pupilos. «Soy un entrenador y nunca llevo látigo. Tengo fama de entrenador disciplinado, pero no paso de ahí. Sólo cumplo con mi trabajo y quiero que los demás cumplan».

Apenas ha podido hablar con los jugadores. Para ello ha organizado dos jornadas de entrenamiento a doble sesión hoy y mañana. Por lo que ha podido ver, destaca que «el equipo viene de una serie de derrotas y lógicamente está tocado, pero hay que aplicar optimismo y psicología para que ganen confianza».

En estas tres semanas intentará inculcar «cuatro conceptos necesarios, descargarlos de presión y de la responsabilidad negativa. Todo lo que se haga mal, será culpa mía», declara. «Ejercer de entrenador implica ser psicólogo. No puedo decir a los futbolistas demasiadas cosas porque si no les pondría la cabeza como un bombo cuando lo que queremos es descargarlos».

El primer mensaje será claro y lo entenderán a todas luces. Es lo que se ha denunciado desde diversos sectores. «Quiero que se involucren más, que jueguen con más intensidad y sean más agresivos. Eso es lo que ha faltado esta temporada y se puede activar. Es un equipo con muchas posibilidades pero que se ha podido ir confiando durante la temporada».

Julián Rubio ha tenido a dos futbolistas amarillos bajo sus órdenes. A Miguel lo hizo debutar con el Albacete, y también coincidió con Líbero Parri, que gana enteros para volver al titular. «Conozco a todos los equipos de la categoría» ya que sigue viendo fútbol pese a que lleva un año parado. Ahora, sus alumnos vuelven a estar todos motivados. «Es algo normal y natural. Cuando viene un entrenador nuevo, todos piensan que tienen su sitio porque se equivocaba el anterior técnico. Hay que mirar de frente y el que no, se quedará atrás».

En Albacete ya ven en el Cádiz un rival menos en la lucha por la permanencia, porque Rubio logrará la salvación sin dudas. «Sólo me queda darles las gracias. Evidentemente nos vamos a salvar, y pedimos la aportación de todos porque unirse no es difícil».

Por último, se refiere a la hinchada cadista. «Ya he visto y sufrido a la afición de Cádiz, la mejor de España, y espero que apoye a muerte porque la necesitamos».

Antonio Muñoz le acompañó en la rueda de prensa de presentación. El presidente está más confiado después de dos días durísimos, y asegura que Julián Rubio «con su trabajo, conocimiento y esfuerzo conseguirá lo que necesitamos». Repite que «es un reto que asumen los valientes. Él cree en sus posibilidades y está convencido de que salvará al equipo. No es un suicida, está totalmente convencido. Y tiene una plantilla que debe dar más de lo que ha dado. Nunca olvidaremos este gesto».