Alrededor de un corazón único

Nada menos que Antonio Gallardo, Inmaculada Caliz, Antonio Moure y Jesús Rodríguez han pasado por el atril de la bonita iglesia del colegio del Perpetuo Socorro de Montealto para glosar a la Virgen del Sagrado Corazón. Este año recogía el testigo otro de nuestros grandes glosadores: Marco Antonio Gómez. Estupenda tarde de versos y poemas dirigidos a la Señora del colegio, centro de las devociones de padres y alumnos del colegio.

La hermana María Blanca está al quite de todos los detalles. Ella vela para que la devoción crezca en el barrio y entre las muchas familias que frecuentan el colegio. «Es una devoción con muchos millones de personas en el mundo. Así que aquí en Jerez también podríamos tener una parcelita para ella. Además, la Virgen lo puede todo y es muy milagrosa. No hay favor que le pida al que no me atienda», comenta.

Marco Antonio respondió a la expectativa creada. Su pregón estuvo cargado de costumbrismo y de amor a la Virgen Santísima. «No hay pregón o detalle en mi vida como cofrade donde no aparezca mi amor la Virgen», subraya. Hizo un recorrido de la vida de la Señora y la trajo a nuestras vidas.

Siempre solicita

Llegó a recrearse como autora de muchos aprobados entre los estudiantes del colegio que prometen apretarse los machos para la próxima evaluación. «Pero en ésta, échame una mano», glosaba entre risas y versos.

Posteriormente, llegó la hora de la Cruz de Mayo en el patio del colegio. Muchos jerezanos disfrutaron de la música, el fresco de la noche y del ambiente creado. Sorteo de distintos regalos que fueron entregándose sobre el gran escenario montado para la ocasión y, finalmente, petardos y efectos pirotécnicos en honor de la Virgen.

El próximo sábado saldrá a las calles del barrio. Las hijas del Sagrado Corazón de Jesús comenzaron con la procesión en honor al año jubilar, allá por el año 2000. «Pero nuestra madre fundadora, María de Jesús Velarde, nos lanzó el reto de que se repitiera año tras año, que no podíamos hacerlo para un sólo año», comenta la hermana María Blanca. Y así lleva a cabo el mandato de la superiora, con gran alegría.