CAMPO DE FÚTBOL. Miembros de la funeraria retiran uno de los cuerpos. / EFE
ESPAÑA

Jornada trágica con siete trabajadores fallecidos, cuatro de ellos en Valencia

En la capital del Turia los albañiles perecieron al ceder un encofrado de las obras del nuevo Mestalla

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Los accidentes laborales se cobraron ayer la vida de siete trabajadores. El siniestro más grave ocurrió en las obras del nuevo estadio de Mestalla, en Valencia, donde fallecieron cuatro empleados, a los que se sumó un minero de la cuenca leonesa de Gordón, que pereció arrastrado por el lodo al reventar una balsa. En Lugo, también otro trabajador perecía chocar la furgoneta que conducía contra un árbol, mientras que el último de los siniestros se cobraba la vida de un pintor, en Segovia.

Las obras del nuevo estadio del Valencia C. F. fueron paralizadas después las 11.00 horas, al venirse abajo parte del encofrado de uno de los pilares del recinto desde una altura de 12 metros. En el momento del siniestro tres trabajadores se encontraban sobre la estructura, mientras que a un cuarto le cayeron encima los más de 2.000 kilos de peso del encofrado de cemento.

Los equipos de rescate sólo consiguieron sacar con vida de entre los escombros a dos de los trabajadores, pero estos murieron poco después de ingresar en los hospitales Clínico y La Fe de la capital del Turia. Los fallecidos llevaban cinco meses trabajando para la unión temporal de empresas encargada de hacer realidad el nuevo Mestalla. Ahora expertos municipales investigan las causas de este desgraciado suceso, aunque las obras cumplían todas las normas de seguridad en vigor. Según el sindicato UGT, el encofrado se ha venido abajo por un fallo en la ejecución de la maniobra de colocación de un andamio y ha exigido una investigación.

Asfixia

Por otro lado, un minero de 42 años, encargado de la vigilancia en el interior de un pozo, falleció pasadas las 9:30 horas de ayer en la explotación 'Eloy Rojo' de la Hullera Vasco-Leonesa, en la localidad de Santa Lucía de Gordón. El derrumbe de una balsa de lodo provocó una avalancha de agua y barro que arrastró a dos trabajadores, uno de ellos pudo salir ileso gracias a la colaboración de un compañero, pero el otro operario pereció ahogado. Aunque los compañeros acudieron de inmediato en su auxilio, tras varios minutos de búsqueda, sólo pudieron rescatar el cuerpo sin vida de Benigno Álvarez. «El rescate fue rápido, dentro de las posibilidades que hay en estos casos, porque hasta que no acaba de salir el barro no se puede entrar», declaró Carlos Asenso, representante del comité de empresa, que comentó el riesgo que implica un reventón de estas características. «En quince minutos le sacaron, pero cuanto te coge una avalancha de éstas te aplasta y te asfixia», apostilló.

La víctima realizaba habitualmente las labores de vigilante de las galerías, donde hay cintas transportadoras para extraer el carbón al exterior de la mina. Benigno Álvarez deja esposa y dos hijos. Sus compañeros desvelaron que tenía previsto acogerse a la jubilación en un tiempo breve.

La jornada de ayer también se tornó negra en la localidad lucense de Taboada, donde a primera hora de la mañana fallecía un trabajador portugués, y otros dos resultaban heridos, al salirse de la vía la furgoneta en la que viajaban y que chocó contra un árbol. El fallecido tenía 32 años. Uno de sus compañeros, de 44 años, resultó herido grave, y el otro, de 40 años, tuvo lesiones leves. Asimismo, un pintor de 55 años moría también ayer tras caer de una escalera en la que se hallaba subido mientras realizaba labores de pintura en un edificio de la localidad de El Espinar, en Segovia.