Una alfombra de gloria para el Soberano Poder
La noche de las vísperas fue menos intensa que en años anteriores. Si hace años la calle Larga era un hervidero de jóvenes montando las alfombras para el paso del Corpus y hasta hace poco la calle Consistorio se llenaba con la llegada de imágenes como el Socorro o las Misericordias, el sábado las caras de los consejeros reflejaban el desánimo de la organización de los actos previos al Corpus.
Actualizado: GuardarLo cierto y verdad es que fueron pocas las hermandades que se animaron a exhornar con alfombras o altares el paso del Corpus, como se hacía antiguamente, y a todas ellas se les debería agradecer su actitud y predisposición. Pero si hay que destacar alguna, sin duda, esa es el Soberano Poder.
Al frente de decenas de niños, su hermano mayor, Iván Cote, se afanó en hacer el mayor número de alfombras posible, gracias a la colaboración también de sus grupos juveniles y de los mayores de la hermandad. Sin conformarse con montar su alfombra, los cofrades llegaron desde el Señor de la Puerta Real hasta el Ayuntamiento con bellas obras de sal adornadas con preciosos colores y atinados dibujos.
Un alfombra deberían ponerle, pero a ellos, por su compromiso e ilusión. Enhorabuena.
