DECISIVO. El conjunto azulino jugó durante un cuarto de hora en superioridad numérica por la expulsión de Cuellar . / NAGORE IRAOLA
EIbar 0 - Xerez 0

Faltó el espíritu de Chapín

El Xerez no supo jugar con un hombre más y un jugador de campo en la portería rival Los azulinos regresan a la zona de descenso a Segunda B pese a sumar un punto

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En casa no se habría escapado. El Xerez perdió la oportunidad en Eibar de romper la barrera que le separa de las victorias lejos de su estadio. Pocas veces tendrán los azulinos unas circunstancias tan favorables para traerse tres puntos a domicilio. Y es que la actitud con la que se afronta el tramo final del los duelos en Chapín es totalmente diferente a la que se tiene en territorio extraño. Ayer faltó ese espíritu que se tiene en Chapín para ir a por los partidos. El Deportivo estuvo el último cuarto de hora con un jugador más sobre el terreno de juego y un hombre de campo bajo palos. No sólo no lo aprovechó, sino que prácticamente no puso en apuros al circunstancial meta de los vascos.

La rabia de esa inoperancia final impedía disfrutar del punto, pues además supone un paso atrás ya que los de Esteban regresaron ayer a la zona de descenso.

Y se comenzó a mirar atrás en una clásica tarde de fútbol vasco. El cuadro no podía ser más tópico. Ipurua, pequeño, apretado, con lluvia, frío, barro y la niebla en los picos de los montes que decoran el paisaje guipuzcoano. A ese escenario saltó Esteban con una sorpresa en el once. Francis ocupaba el carril diestro y Pedro Ríos se veía desplazado a la banda izquierda.

En la punta del ataque se confirmaba la presencia de Yordi. Los tobillos del isleños habían superado la última prueba y el ariete se convertía una semana más en el referente ofensivo del conjunto azulino. Y es que por muy crecido que estuviera Antoñito o por muchos centímetros que acumule Míchel, Yordi parecía el delantero más adecuado para saltar de inicio en Ipurua. Atrás quedaban las precauciones por el peligro de la décima cartulina amarilla o los maltrechos tobillos del delantero.

El partido no era fácil de enfocar, pues los vascos tiraban de la costumbre para moverse por un terreno de juego resbaladizo y algo pesado. Durante esos primeros minutos de adaptación azulina, los de Mandiola trataron de adelantarse en el marcador. Yagüe gozó de la más temprana y clara ocasión de los locales para adelantarse en el marcador, pues sólo corría el tercer minuto de encuentro cuando el catalán se vio totalmente desmarcado dentro del área y con tiempo para pensar por dónde quería superar a Porato. El futbolista armero tiró demasiado el cuerpo hacia atrás y la bola salió muy alta.

El Xerez se defendía con contundencia y temor a un posible resbalón, pero en ataque no encontraba el hueco para contactar con Yordi. El tapón se situaba muy abajo, ya que ni Samuel ni Aguilar encontraban el camino. Casi siempre se miraba a las bandas, pero el prado no permitía muchas florituras por lo que Moreno se decantaba por el balón largo en busca de Yordi.

Pasado el primer cuarto de hora los azulinos comenzaron a probar a Cuellar. Samuel lo hizo sin consistencia con un flojo y desviado disparo desde la frontal, y poco más tarde fue Pedro Ríos y Viqueira. El meta del Eibar despejó el mano a mano con el jerezano, y el rechace tampoco fue aprovechado por Viqueira. Al gallego le pudieron las prisas y le falló la precisión para sacar partido de una puerta que estaba vacía. Emilio se asoció una vez con Perico, pero esta vez el tiro de Viqueira fue lentamente a las manos de Cuellar.

El pequeño tirón del final de la primera parte les sirvió de impulso en la segunda, y en la primera jugada Pedro Ríos volvió a tener el gol en sus botas. Esta vez el jerezano recibía un pase de cabeza a las profundidades del área pero ni la potencia ni la precisión de su zurda permitieron un disparo digno de considerarse peligroso.

Perico estaba monopolizando las jugadas de peligro azulino y de hecho provocó la expulsión del portero del Eibar. Ríos fue a buscar un buen pase de Antoñito (era el primer balón que tocaba el sevillano tras saltar del banquillo), cuando fue derribado por Cuellar. Caballero Herreros no dudó en dejar a los locales con un hombre menos y con un problemón a Mandiola, que ya había realizado los tres cambios (un minuto antes de la expulsión Zurutuza había sustituído a Carmelo). Esteban tiró descaradamente a por el encuentro y sacó todo su arsenal. Cambió al 4-3-3, dejó al equipos sin bandas tal cual hizo ante el Castellón e introdujo en el rectángulo de juego a Míchel y Carlos Calvo. Las dos torres se quedaban en punta junto a Antoñito, y la zona ancha la ocupaban Carlos Calvo, Samuel y Abel Aguilar. De nada sirvió. Los azulinos no supieron resolver la situación y se mostraron inoperantes ante una superioridad numérica y una importante debilidad en la portería rival. Mendoza y Carlos Calvo fueron los únicos que probaron a Txiqui, que había recogido los trastos del portero. Para dejar un final aún más amargo, Míchel y Medina fueron expulsados, por lo que el madrileño no podrá entrar en los planes de Esteban para la próxima semana.

sgalvan@lavozdigital.es