OPINIÓN

Chequeo a piñón fijo

El pasado día 20 la Comisión adoptó la propuesta definitiva de chequeo médico de la política agraria. La muy preocupante situación del mercado agrario y alimentario debería haber aconsejado una ralentización del proceso o una suavización del mismo. Ya es de por sí un hito extraño dentro del continuo proceso de reforma agrario. Desde Bruselas han insistido en anunciar que no se trata de una nueva reforma, pero tiene un tufillo, poco balsámico, de reajuste global y sectorial.

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Continúa la tendencia al desacoplamiento. Un modelo que, entre otras cuestiones mayores, simplifica el proceso administrativo. Esta decisión confirma la apuesta de la Comisión por optimizar la eficiencia de los sectores y mantener precios competitivos. A cambio, se disminuyen producciones y tejido productivo, lo que puede generar problemas socioeconómicos en zonas donde la dependencia del sector desacoplado es significativa.

No hay espacio para valorar otros muchos aspectos como el tema lácteo, la supresión de intervención, la modulación o la condicionalidad. En todo caso, este chequeo médico, ya que se produce, tendría que ser un refuerzo del carácter estratégico del sector agrario, tal como demanda el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Pero no solo eso, se deberían replantear determinados mecanismos de control de mercado que permitan amortiguar los efectos perniciosos de las fluctuaciones internacionales, como la que vivimos en la actualidad. También se podrían aplicar medidas que vigoricen los controles en frontera y exijan a los productos entrantes garantías similares a las exigidas al alimento europeo.

Son decisiones que no favorecerían el cierre de negociaciones en la Ronda de Doha, que en todo caso continúa dando bandazos. Conviene establecer prioridades, y la defensa alimentaria debería ser una de ellas. ¿No han hecho lo propio en Estados Unidos con la recién aprobada y vetada Farm Bill? Pero en la Unión Europea, algunos sectores quieren ser más papistas que el papa, y un chequeo, que no debería pasar de revisión rutinaria, se puede convertir en una sutil operación de cirugía.