Libertad de expresión

La polémica surgida a raíz del programa de Punto Radio sobre las cuentas del Cádiz y el posterior Comunicado de la entidad ha quedado reducida a una mera anécdota, esto es, la discusión técnica respecto a la identidad o no entre los términos «Fondos Propios» y «Patrimonio Neto», pasando por alto la prensa un hecho gravísimo, cual es que, por el mero hecho de discrepar, se destaque en mayúsculas y negrita la posibilidad de «formular todo tipo de acciones legales». Salvo contadas excepciones, no he visto reacción alguna ante tan grave ataque a la libertad de expresión, pese a que resulta, a costa de tres particulares que osaron acudir a una tertulia, un claro aviso a los navegantes, o lo que es lo mismo, ojito con las críticas. Como todavía hay gente que se cree que estamos en los tiempos de Cuéntame no estará de mas recordar, mediante una sencilla clase de Derecho, y siguiendo palabras literales de nuestro Tribunal Constitucional, que las personas públicas se exponen inevitable y conscientemente a un control de sus hechos, tanto por los periodistas como por la totalidad de los ciudadanos, debiendo soportar las críticas aunque «duelan, choquen o inquieten», no exigiéndose siquiera a quien ejercita la libertad de expresión la prueba de la verdad o exactitud de sus manifestaciones, o lo que es lo mismo, que dejando fuera las frases y expresiones ultrajantes u ofensivas, todo ciudadano tiene, no sólo el derecho a opinar, sino incluso a equivocarse o realizar manifestaciones inoportunas o desmesuradas. En resumen, el comunicado cuestionado, siguiendo al Tribunal mencionado, sería un ejemplo de «reacción innecesaria y desproporcionada, con un efecto disuasorio o desalentador del ejercicio de la libertad de expresión». Amigos de la prensa, fuera miedos, que estamos en el siglo XXI.deportes@lavozdigital.es