opinión

Vuelta de Hoja | Instrucciones para su uso

No saben qué hacer con un partido que agrupa a diez millones y pico de votantes y urge editar un folleto explicativo. El todavía líder quiere «mover» el traqueteante tinglado. El ex presidente Aznar apoya a los llamados duros. Gallardón reclama que se recupere el espacio que nunca ocuparon, o sea un sitio aconfesional y de centro, y los partidarios de María San Gil debaten si se convoca o no se convoca el congreso exigido por la valerosa y combativa señora. El resultado es que Fraga, sin duda una de las mejores cabezas españolas desde Zarra y Marcelino, no gana para aspirinas. ¿Joder, qué tropa! Un ejército donde hay más jefes que indios y, en vez de ejercer sus jefaturas respectivas, han decidido hacer todos el indio.

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Hay que reconocer que el consejo de José María Aznar de «procurar jugar con los mejores», que es el mismo que intenta poner en práctica Luis Aragonés, no es fácil de seguir en política.¿Dónde están los mejores? Si a cualquiera nos hiciesen esa pregunta, la respuesta estaría clara: los mejores están en otros sitios. Ya se habló en otras épocas de que el mal mayor de la política española consistía en «la ausencia de los mejores». Por eso da un nivel mayor cualquier otra actividad: la pintura, la música, la poesía, la medicina, incluso en la rapa das bestas se encuentran personas mejor preparadas y menos volubles. Quizá porque en el sublime quehacer político, cuando las cosas vienen mal dadas, son las bestas las que rapan. Y así les luce el pelo.

«Reconozcamos que no conocemos bien nuestro país», ha dicho Gaspar Llamazares, coordinador de IU. Quizá no sea eso lo peor, sino que el país los va conociendo muy bien a ellos y puede llegar el momento en el que, además de echar de menos a los que se fueron, eche de más a los que se han quedado.