MUNDO

Desaparece la basura del centro

A Berlusconi le esperan hoy en Nápoles nueve manifestaciones de todo tipo, dado que estrena su Gobierno en la ciudad, pero ni rastro de las montañas de basura que hasta el lunes invadían la ciudad. El centro estaba ayer impecable y sólo en los barrios más alejados podían verse algunos contenedores rebosantes, pero nada de las moles apocalípticas que se vieron el fin de semana. «Si viniera una vez cada cinco días se acabaría el problema», bromeaban ayer comerciantes del centro, en la Via Toledo, que hasta el domingo tenían metro y medio de bolsas ante el escaparate. Además ayer llovió y sólo hubo cuarenta incendios de contenedores. Ayer quedaban 2.900 toneladas por las calles, frente a las 5.000 del sábado, cuando estalló la ira de los napolitanos con hogueras y barricadas. El ritmo de recogida es de seiscientas toneladas al día y para el fin de semana se volverá a la normalidad.

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Ante la llegada de Berlusconi, el precario sistema de emergencia que va sacando la basura de Nápoles de milagro ha vuelto a funcionar. La solución habitual en estos casos desde hace 14 años, cuando Nápoles se quedó sin vertederos y empezó a tirar hasta hoy de agujeros provisionales de un año de vida, son los trenes que parten cada día hacia Alemania, con cargas de entre 700 y 1.000 toneladas de desperdicios. Van a las plantas incineradoras de Sajonia, algo que en Nápoles nunca se ha construido.