SIN PRECEDENTES. Las cinco federaciones hicieron público el comunicado de forma conjunta. / J. M. A.
Chiclana

El movimiento vecinal exige al Gobierno mejoras urgentes en la localidad

La limpieza, el tráfico o el urbanismo son sus tres principales procupaciones

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Una rueda de prensa conjunta sin precedentes en la historia reciente de Chiclana, reunió en torno a la misma mesa a los responsables de las cinco Federación de Asociaciones de Vecinos de la localidad, Ciudad de Chiclana; Chiclana Vecinal; Chiclana Norte; Pago del Humo y Rana Verde, para expresar su malestar con la gestión municipal en el último año y la escasez de soluciones que se les dá a sus problemas principales.

Entre las preocupaciones más importantes que tiene el movimiento vecinal del municipio están la regulación urbanística, o lo que es lo mismo, el proceso para legalizar y urbanizar todo el extrarradio; la limpieza y la precariedad de los servicios de recogida de basuras en el diseminado; o la situación «caótica» del tráfico y la inseguridad ciudadana que conlleva en ocasiones la ausencia de agentes de policía en las calles.

Estos son los grandes temas que se pusieron ayer sobre la mesa por parte de los dirigentes vecinales del municipio, que firmaron un documento pidiendo la dimisión para el edil de Asuntos Sociales por su intención de no integrarlos en el Consejo Local del área, y que exigieron a los miembros del cuatripartito «que nos solucionen nuestros problemas». Precisamente, este medio cuestionó a todas y cada una de las cinco federaciones sobre su opinión de este primer año de gobierno del equipo conformado por PP, IU, PA y PSA que dirige el alcalde, Ernesto Marín.

Por unanimidad sus responsables aprobaron con nota la predisposición «de algunos concejales con quien sí hemos tenido la oportunidad de reunirnos». Eran palabras de María Gutiérrez Colchón, presidenta de la Federación de AA VV Ciudad de Chiclana, que junto a su homólogo Salvador Almagro, de la Federación Pagumo, reconocía el acierto de la creación de la figura del mediador vecinal, recientemente nombrada por el gobierno chiclanero. «Esta persona, que acaba de llegar, nos vendrá bien para comunicarnos con los concejales y el alcalde cuando nos haga falta», aseguraban.

Ellos reiteraban que las primeras sensaciones en los encuentros mantenidos con el equipo de Gobierno son buenas; «hemos visto que hay predisposición para hablar con nosotros y escucharnos, pero ya hemos mantenido varias reuniones con algunos delegados, caso del de Urbanismo o la de Participación, y no se nos dan soluciones», lamentaban.

Consejo de Urbanismo

Con especial acento crítico hablaban sobre todo las tres federaciones de asociaciones vecinales que se ubican en el extrarradio, y cuyo principal problema ahora mismo es la ausencia casi absoluta de servicios básicos como vigilancia policial, control del tráfico o recogida de basuras.

«Nosotros pagamos un canon de recogida de basuras y al final cada vecino tiene que ir con sus bolsas a un contenedor situado a cien metros de su casa», recordaba el propio Almagro.

Esta situación es equiparable a otras carencias básicas, caso de la precariedad de instalaciones «en una ciudad con 198 asociaciones de diverso tipo y 5 federaciones diferentes», o las dificultades que tienen los residentes a la hora de solicitar la presencia policial para el control de los vehículos en carreteras del diseminado.

Y es que el tráfico es uno de los puntos negros que estos cinco colectivos que defienden los intereses de los vecinos de Chiclana resaltaban ayer en la parte negativa de los problemas de la ciudad.

«Nos hemos reunido varias veces con el alcalde pero no nos aporta ninguna solución», aseguraba la representante de Rana Verde, Guillermina Ramírez, que coincidía con sus compañeros en que «parece que no somos de Chiclana por el nivel de servicios tan pésimo que tenemos».

Por último, las cinco federaciones coincidían en solicitar al Ayuntamiento la composición de un Consejo Local de Urbanismo «que dé voz a quienes vivimos al margen de la legalidad, pero que seguimos viviendo en Chiclana».