ACERCAMIENTO. Zapatero, con Morales y Chávez charlando a su espalda en Lima. / AFP
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La división en América Latina impide una negociación unitaria con Europa

Las diferencias entre los líderes populistas y los moderados abren la puerta a acuerdos individuales

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La Declaración de Lima suscrita la noche del viernes por los 60 representantes desplazados hasta la capital peruana para participar en la V Cumbre América Latina-Unión Europea fue el colofón del encuentro interoceánico que llegó al «compromiso» de erradicar la pobreza, acceder a los servicios sanitarios, los bienes materiales, la educación, y la alimentación -tema que no estaba en agenda-. Ayer, como epílogo, se celebraron encuentros entre los distintos bloques regionales latinoamericanos y la UE encaminados a flexibilizar el marco de negociación.

Las diferentes posiciones, muchas veces antagónicas en política y comercio, que mantienen Colombia y Perú frente a Venezuela y Bolivia, por citar las más claras respecto a los Tratados de Libre Comercio (TLC) con EE UU, ha representado una traba a la hora de avanzar en la negociación con el bloque europeo, donde también existen algunas reticencias.

Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Perú, el anfitrión Alan García, informaron por separado que en la minicumbre de los cuatro países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) -Educador, Perú, Colombia y Bolivia- y representantes de la UE acordaron que el diálogo político, comercial y de cooperación se realice dentro de «un acuerdo marco general con flexibilidad». Según el representante ecuatoriano, la «estrategia es importante» porque «implica en principio que los países podrán adherirse a ciertas partes del acuerdo y a otras no».

Respecto al tema que planeó como una sombra en la cumbre, la vinculación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con el líder bolivariano Chávez y Correa, este último ofreció su renuncia si se demostraban las acusaciones de que la guerrilla financió su campaña electoral o que él toleraba su presencia en territorio de su nación.

Correa y el boliviano Evo Morales, izquierdistas como Hugo Chávez -que dejó la CAN en el 2006- Cuba y Nicaragua, denunciaron presiones para que firmen el TLC, que ellos rechazan. En cambio, Perú y Colombia, que sí han rubricado el acuerdo con EE UU, se quejan de que el rechazo de sus vecinos frena las negociaciones con la Unión Europea y expresaron su deseo de negociar individualmente si no se superaba el escollo de la negociación en bloque. Pidieron a la UE que considere la diversidad para aceptar una integración a velocidades diferentes y, a los vecinos andinos, a que no les impidan pactar con los países europeos.

Para Correa, la CAN estaba intentando negociar en conjunto para cumplir con el requisito europeo, pero reconoció que «toda negociación en bloque tiene problemas». Por eso, el acuerdo que permite flexibilizar las negociaciones fue bien recibido.

Oferta de la UE

Benita Ferrero-Waldner, responsable de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea, explicó que la UE había pedido a los países andinos pronunciarse en bloque sobre el tipo de relación comercial que buscaban. La comisaria hizo oídos sordos a las declaraciones de los dos mandatarios y reiteró que habían puesto su oferta «sobre la mesa». Lo que quedó claro fue que la cita sirvió para muchas reuniones bilaterales, permitió encuentros entre la UE y Centroamérica, el Mercosur, Cariforum, México y Chile.

Además, en Lima, a pesar de que los enfrentamientos de algunos de los mandatarios se hicieron presentes en el salón de plenos, hubo un consenso que permitió a Alan García cerrar la cumbre diciendo que fue una «demostración de unión, concertación y compromiso».