El doctor Ricardo Miranda, en su despacho. /ÓSCAR CHAMORRO
PERFIL RICARDO MIRANDA

La humanidad del doctor

Ricardo Miranda es un médico que, además de profesional y científico, es un gallego muy humano

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Ricardo Miranda, hombre atento, amable y delicado, está convencido de que el lenguaje es una de las herramientas terapéuticas y de que la discreción es un escudo que nos protege de la frivolidad. No es extraño que, por lo tanto, sea un excelente administrador de las palabras y de las pausas ni que, con la expresión de su rostro sereno, nos exprese de manera directa la importancia que concede a su profesión de médico y el respeto que le merecen los pacientes. Me he fijado detenidamente cómo, quizás por estar habituado al análisis y a la reflexión, antes de hablar, espera hasta que encuentra el término preciso y la fórmula ajustada. Por eso es normal que le incomoden las algarabías, que prefiera escuchar antes de hablar y esperar el momento oportuno, para que, con prudencia, paciencia, discreción y templanza, acierte con la palabra adecuada.

Convencido de que su oficio es un servicio, durante su dilatada trayectoria profesional se ha entregado incondicionalmente a mejorar las condiciones en las que se deben desarrollar unas tareas que influyen, de manera directa, en la calidad y en la cantidad de la vida de los ciudadanos. La medicina, efectivamente, además de aliviarnos los dolores y de curarnos las enfermedades, nos ayuda de manera eficaz a «vivir la vida» en el más amplio e intenso sentido de esta expresión.

Si como cirujano del aparato digestivo se distingue por el esmero, por pulcritud, por minuciosidad de sus intervenciones y por la confianza, por la tranquilidad y por los alientos que inspira a los pacientes, como presidente del Colegio Médico, desempeña sus delicadas tareas con lealtad a sus colegas y con la plena conciencia de quien es sabedor de que desempeña un servicio social a sus conciudadanos.

Su labor al frente del Colegio es de una eficacia y de una delicadeza reconocidas por todos los afiliados. La referencia que tengo de este médico es que se trata de una persona activa, cercana e interesada por todo lo que tiene relación con el ejercicio de la Medicina. Varios de sus colegas me habían adelantado que, cuando me entrevistara con Ricardo, advertiría desde el primer momento (que sentiría la sensación) de que es una persona seria, con la que, sin necesidad de muchas palabras, se establece una relación respetuosa y cordial.

La trayectoria médica de este gallego orgulloso de serlo, que posee una firme voluntad de ser gaditano y una irrenunciable vocación universalista, está orientada por su lúcida inteligencia, por su fina sensibilidad, por su cordial seriedad y, en resumen, por esos rasgos que adornan a los médicos que, además de profesionales y científicos, son seres humanos, muy humanos.