El Sporting fue superior. / LA VOZ
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La victoria del Sporting obliga a la Real a sumar los tres puntos en Carranza

El Sporting de Gijón se aferra cada vez más al sueño de alcanzar el ascenso a la máxima categoría al vencer en el Heliodoro a un indolente y remolón Tenerife, que no supo culminar su mayor dominio ofensivo en la primera parte.

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El furioso arranque con el que el club insular salió al césped de nada sirvió ante un rival que no sólo dosificó mucho mejor su esfuerzo sino que, además, supo sacarle el máximo partido al sólido afianzamiento de sus piezas sobre el terreno de juego y a los precisos y resolutivos desplazamientos de balón. Una vez superado el cuarto de hora inicial, el larguero de la meta defendida por Roberto se convirtió en su principal aliado al repeler un enérgico lanzamiento de Nino desde la frontal, después de una perfecta cesión con el pecho de Arruabarrena.

Este sobresalto y las correspondientes reprimendas de Manuel Preciado hicieron que los asturianos se empleasen con muchísima más contundencia, por lo que en su primera aproximación con peligro sobre el marco rival anotaron su primer tanto (26').

El gol resultó trascendental para el devenir del encuentro, puesto que, por una lado, los locales desaparecieron casi por completo del terreno de juego, mientras que los asturianos no sólo se soliviantaron sino que maniataron y dominaron por completo a un aturdido rival. Así, antes del descanso llegaba el segundo de la tarde para los asturianos que durante el segundo tiempo se limitaron a defender con orden el resultado.