SIN CONCIENCIACIÓN. Muchos carriles son transitados por peatones que no respetan las normas de circulación, como en esta imagen de la Avda. Juan Carlos I. / E. M.
Ciudadanos

El auge del uso de la bici choca con la falta de infraestructuras en la Bahía

Ciclistas piden que «se deje de considerar la bicicleta como un juguete», ya que la mayor parte de los carriles son espacios de ocio que no conectan los barrios de las ciudades gaditanas

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La demanda de los ciudadanos que quieren incorporar la bicicleta como medio de transporte urbano es cada vez mayor. En la Bahía, la primera iniciativa surgió de la Asamblea de Ciclistas, ahora los universitarios demandan la conexión del Campus de Puerto de Real con Cádiz y con el propio municipio puertorrealeño. Para hoy mismo está convocada una multitudinaria manifestación que recorrerá las principales avenidas de la capital en bici.

Los municipios de la Bahía han planificado sus carriles bici como espacios de ocio, «hechos para domingueros», apuntó un miembro de la Asamblea Ciclista de Cádiz, Abel A. M., pero no como alternativa de transporte público. Esto mismo destacan los ciclistas de la capital que afirman que el recorrido de Puntales está bien construido pero que aún no conecta con ninguna otra zona de la ciudad, aunque en los planes del Ayuntamiento se encuentra una ampliación que atravesará toda la Barriada de La Paz. En cambio, el carril de la Avenida Juan Carlos I es el más denostado por los ciclistas, debido a que hay zonas en las que el trayecto para las bicis termina en un muro. Si se suman tanto los recorridos finalizados como los proyectados, en la ciudad de Cádiz habrá siete kilómetros de carril bici, a los que se sumarán cinco kilómetros más de la circunvalación por toda la ciudad, aún en proyecto, y según apuntaron fuentes municipales. A pesar de los cambios introducidos en los últimos años, los ciclistas miembros de la Asamblea gaditana reclaman cada primer jueves del mes un mayor desarrollo de esta infraestructura con una manifestación en bici que parte de la Plaza San Juan de Dios «con el fin de conseguir una ciudad más sostenible».

Por su parte, Costas pretende construir un carril bici que unirá Cádiz con San Fernando, en el que practicamente todo el recorrido transcurrirá por el Parque Natural, al borde de la playa, con unos ocho kilómetros de ida y otros ocho de vuelta. Pero esto aún es un proyecto.

Para pasear

Los vecinos de San Fernando, con sus trazados de la Ronda del Estero y Camposoto, se quejan de que estos no llevan a ninguna parte y de que sólo los usan como lugar de ocio. Lo mismo ocurre en Puerto Real, con Casines como ejemplo o en El Puerto de Santa María, donde el carril de Valdelagrana es frecuentado como zona de paseo pero tampoco es vía de conexión. Así, suma y sigue. Y la situación se agrava en la Sierra donde, además, la escasa planificación choca con la orografía escarpada del terreno.

Los propios usuarios de la bicicleta, tanto los de la Asamblea como los universitarios que ahora lideran las reivindicaciones de este transporte, apuntaron ayer que la iniciativa desarrollada por el Consorcio de la Bahía de Cádiz les parece muy interesante. Este organismo añadió, a la puesta en marcha del servicio del catamarán, unas zonas para aparcar bicicletas y las propias bicis, para que los ciudadanos culminaran sus desplazamientos a través de este transporte público. Pero, los usuarios puntualizaron ayer a este medio que la iniciativa no tiene continuidad con carriles bici en las ciudades donde comienzan o terminan. Éste es el caso del aparcamiento que hay en la Glorieta de Zona Franca, en la que hay hasta diez bicicletas estacionadas, pero una vez que el usuario las usa tiene que compartir el asfalto con los vehículos de motor, con el peligro que esto supone.

Los ciudadanos que exigen un transporte público respetuoso con el medio ambiente y económico para el usuario, además de sano, ponen como referente el caso de Sevilla, «una ciudad en la que hace dos años era una locura desplazarse en bici y hoy todo tipo de personas utilizan este medio», apuntó Abel. El sistema, lejos de ser perfecto, abarca una buena parte del plano de la ciudad y ha despertado la inquietud de muchos ciclistas, que han comprobado que esta alternativa al transporte contaminante es viable. La capital hispalense cuentan con una extensa red que recorre casi todo el casco urbano, con 2.500 bicicletas en régimen de alquiler y 250 áreas de aparcamiento público.

mmorales@lavozdigital.es