rocío 2008

Toda la Hermandad de Jerez durmió en Doñana la primera noche de Camino

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La Misa de Romeros de Jerez la presidió en esta ocasión el Director Espiritual de la Hermandad, el padre Alexis, ya que el obispo de Jerez se encontraba en otros menesteres con la Hermandad del Rocío de El Puerto.

Este año el exorno que lleva la carreta del Simpecado es totalmente distinto a los anteriores y buena parte de la culpa es del nuevo Prioste, Fernando Calderón, al que hay que felicitar por la exquisitez y la belleza con la que iba la primera de las carretas jerezanas. El montaje del Simpecado en la carreta se efectuó en el exterior del Convento de Santo Domingo, como siempre se ha venido haciendo. Este acto protocolario, que resulta muy vistoso, es siempre bien acogido por el público presente, tanto romeros como ciudadanos de a pie. Los aplausos no se hicieron de rogar, así como los cohetes tradicionales que anunciaban que se iniciaba la Peregrinación.

La climatología fue ayer muy buena y los rocieros esperan que no cambie en la jornada de hoy, aunque con nublado el Camino es más llevadero sobre todo para los peregrinos que van andando. Lo peor seria que los chubascos anunciados hicieran acto de presencia y estropearan tanto el ambiente como el discurrir de esa caravana multicolor que conforman las carretas que acompañan al Simpecado.

El recorrido urbano concluyó con la entrada en el santuario de San Juan Grande, donde los enfermos salieron a despedir a la Hermandad para que lleve a la Virgen un mensaje de esperanza y salud para sus males. Fuera ya del Santuario comenzó el camino por la ruta de las viñas de la carretera del Calvario, preciosa en todos los sentidos, una ruta que pareciera que se hubiera diseñado para este menester. Preciosos los contrastes entre el gris del asfalto y el verdor del paisaje adobado por el clarear de las tierras albarizas. Y como testigos nuestras viñas que en esta época primaveral empiezan a verdear señalando el inicio de la llegada del fruto. Todo transcurría a paso muy lento, según lo previsto, y mientras se avanzaba hacia Sanlúcar iban quedando atrás viñas como Cartera, San José, La Salud, La Constancia, Los Cedros, Los Monos, Viña Verde, Santa Bárbara, San José, San Emilio, La Palma, y El Barrosillo, donde a las doce del mediodía se rezó el primer Ángelus ante el Simpecado.

El Barrosillo

El acto religioso se convirtió para los rocieros en el primer momento de convivencia y hermandad y en una buena oportunidad para intercambiar las más tempranas copas de vino de Jerez, únicas para reponer los desgastes iniciales del Camino. Nuevamente, se reorganizó la comitiva y se continuó el camino volviendo a recordar nuevos nombres de viñas y cortijos que un año más asistían al paso de la Hermandad del Rocío de Jerez. Santa Clotilde, Cortijo Nuevo, hasta llegar a La Ventosilla. el lugar predestinado para el primer rengue de almuerzo. En el espíritu rociero siempre se ha llevado muy a gala el compartir, y eso es lo que se hizo una vez más en Ventosilla. Todo fue de todos y no faltaron los brindis, las jaculatorias y los vivas de rigor a la Reina de las Marismas y al Pastorcito Divino. También hubo piropos para la Hermandad de Jerez, que en todo momento estuvo pendiente en los detalles que la Romería requiere. La comitiva descansó y las bestias se repusieron del primer esfuerzo hasta que por indicación del Alcalde de carreta se dio la para reanudar la marcha con rumbo a la localidad sanluqueña.

En Sanlúcar

Tras atravesar la parte alta de Sanlúcar ya con cierto retraso, la expectación era palpable y, como no, el ambiente de gran solemnidad que se respiraba en Bajo de Guía, por donde ya habían pasado incluso antes de los previsto las hermandades de Sanlúcar y El Puerto. Además, como ya anunciara el Hermano Mayor, el plan previsto a causa de las mareas hizo posible que desde la una de la tarde estuvieran cruzando el río los vehículos de tracción mecánica, que, de esa forma, dejaron el paso libre a las carretas y caballos. Así, primero atravesó el río el Simpecado con los caballistas y peregrinos y volvió de nuevo para cruzar de nuevo el Guadalquivir con las carretas jerezanas. Todo un detalle. El primer tramo se había cumplido y en menos tiempo que otros años.

Ese paseo porticado repleto de bares y restaurantes del buen pescado y la manzanilla que es Bajo de Guía, parecía nuestra calle Larga, ya que la gran mayoría de los allí presentes eran jerezanos, bien romeros o bien aquellos que se desplazan para contemplar esas estampas únicas que ofrecen ,ya casi a la puesta de sol, la playa, los caballos, las barcazas y las carretas.

El Plan Romero 2008 funcionó a la perfección en sus bodas de plata. Todo estaba medido, todo previsto y nada se dejó a la improvisación. No queda rastro de los desbarajustes que se formaban hace años en los embarques y se nota que la experiencia adquirida en el tiempo hace que estas operaciones se desarrollen sin ningún problema y, sobre todo, sin ningún incidente digno de mención. Ya pasada las nueve de la noche embarcaron los últimos del pelotón y la Romería inició su andadura por el Coto, adentrándose por Malandar, «por los claustros del silencio», como dijo nuestro pregonero. Con prisa, pero con la pausa suficiente para deleitarse con la madre naturaleza. Y llegó toda la hermandad a Marismilla, campamento de la primera noche del camino, cansados pero contentos porque ya queda un día menos para estar con la Virgen. Se preparó el campamento y el rezo del Santo Rosario. Hoy, a las diez, el obispo de Jerez, Juan del Río, oficiara la Eucaristía para la Hermandad de Jerez y la de El Puerto, que retrocede de su campamento para participar en la misma. Terminada la Misa y rezado el Ángelus, se volverá a emprender el Camino a través de los parajes y lugares más bellos de Doñana.