CRUELDAD. Cuerpos de los niños y la mujer fallecidos. / EFE
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Un ataque israelí mata a cuatro niños y a su madre cuando desayunaban en su casa de Gaza

El Ejército dice que disparó a dos milicianos y que sus mochilas explosivas volaron la vivienda

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Saleh Abu Maateq, de cinco años; Rudaina, de 4; Hana, de tres; el pequeño Mussab, de 15 meses, y su madre, Miassar, de 40 años. Todos eran brutalmente asesinados ayer por una explosión pasadas las nueve de la mañana, hora local, en el salón de su propia casa, mientras tomaban el desayuno. A apenas unos metros, un joven de 17 años saltaba por los aires debido a la onda expansiva. Según testigos, morían víctimas del impacto de un proyectil que atravesó el tejado de la casa lanzado por un helicóptero del Ejército de Israel. Desde primera hora el aparato combatía contra milicianos palestinos en las inmediaciones de la localidad de Beit Hanun, en el norte de la franja de Gaza, «para asegurarse de que lanzadores de cohetes, francotiradores y cavadores de túneles» se mantuvieran lejos de la valla fronteriza que salvaguarda el territorio judío. El médico que recibió los cuerpos en los servicios de urgencia del hospital Kamal Adwan, de Beit Lahiya, corroboraba: fueron abatidos por un misil. Pero según ese mismo Ejército, la familia Abu Maateq fue poco menos que el blanco de un daño colateral.

Culpa de Hamas

Una investigación ordenada por la mañana concluía, apenas unas horas después, que la masacre era culpa de Hamas. Que en su operación, exponía un comunicado oficial emitido por las Fuerzas Armadas judías, los militares dispararon desde el aire a dos milicianos palestinos que avanzaban hacia los soldados portando a sus espaldas grandes mochilas, y que una gran detonación «secundaria» -indicativa de que el mencionado equipaje estaba cargado de «bombas y explosivos»- fue la que causó el colapso de la vivienda, y con ella la muerte de los menores que estaban dentro.

«Deseamos subrayar que la responsabilidad de los heridos y las muertes de civiles no involucrados es de la organización terrorista Hamas, que opera entre medias de la población civil, utilizándoles como escudos humanos y poniendo en riesgo sus vidas al guardar bombas y explosivos cerca de ellos», sentenciaba el escrito.

La culpa de que los niños murieran fue por tanto de Hamas. Lo repitió la portavoz militar en Gaza, comandante Avital Leibovitch -«la responsabilidad recae sobre sus hombros»-, y también el ministro de Defensa, Ehud Barak. Fiel a al consigna oficial de que hay que satanizar a Hamas, situándola detrás de todos los males que sufren los palestinos. Barak se lavó las manos y las de su Ejército.

El ataque arrancaba tanto en Israel como en el lado palestino nuevas amenazas. «Seguiremos actuando contra Hamas», anunciaba Barak. «Nuestro brazo armado responderá con todos los medios posibles», contestaba el portavoz islamista Sami Abu Zuhti. Ambos dejando clara su decisión de no poner fin a la violencia. poner fin a la violencia que unos a otros se exigen como condición para cuajar la tregua que actualmente se negocia con mediación de Egipto, y que ayer parecía diluirse en sangre.