feria del caballo 2008

Hermano, tienes que probar el rebujito

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Perdona que te escriba este e-mail a estas horas, pero acabo de llegar de la Feria y no he podido hacerlo antes. Te envío unas fotos para que te hagas una idea de lo que es esto. Creo que empiezo a entender por qué gusta tanto esta fiesta por aquí. Ayer te comentaba que me decían que no hay otra ni remotamente parecida, y es verdad.

Llegué con el firme propósito de no probar el alcohol en todo el día, pero te prometo que no ha sido posible. Aquí no hay forma, hermano. Empecé pidiendo un refresco, pero mi amigo el fotógrafo volvió a ponerse pesadito. Tiene el don de la persuasión el mamón. Se empeñó en que probase el rebujito, una bebida que mezcla el vino fino con Seven-Up. Sí, palabra de honor. Dicho así suena hasta mal. Lo cierto es que un primer sorbo sabe... no sé cómo explicarte. ¿Diferente? Pero luego acabas cogiéndole el gusto y te entra bien. Sobre todo porque está fresquito y con el calor que hacía hoy en Jerez...

Lo malo es que una vez superado el trago inicial, te lo bebes casi sin darte cuenta. Encima, en la caseta en la que estábamos no paraban de llenarte el vaso a la que te descuidabas. Total, que no sé cuántos han caído, pero unos cuantos. Demasiados, quizá, porque la cabeza me bailaba ligeramente cuando nos hemos levantado. Pero tienes que probarlo. Creo que también te gustará.

Menos mal que después hemos pedido unos platos de jamón y queso, unos pimientos fritos y unas cazuelas de carne de solomillo con una salsa que estaba riquísima. Por lo menos he podido asentar un poco el estómago.

Hoy era el día de las personas mayores en la Feria. Había un montón. Al parecer, el Ayuntamiento les invitaba a comer, así que ya te puedes imaginar. Luego he visto también a muchos grupos de mujeres que se paraban en plena calle para poner, ahí en medio, a cantar, tocar las palmas, aporrear un tambor y bailar. Se lo pasan en grande. Tenías que ver a algún paisano nuestro grabando la escena con su cámara de vídeo mientras ponía cara de póquer tratando de descifrar en qué consistía el juego.

Y hay que ver lo que come aquí la gente también. Son capaces de sentarse en una mesa y pasarse las horas comiendo. No se privan de nada. No me extraña, porque hay platos que ni en sueños veremos en Austin. Me han gustado especialmente los pimientos fritos. Riquísimos. A ver si me llevo unos cuantos para allá e intento hacértelos para que los pruebes. Dicen que es fácil, que sólo hay que freirlos en aceite abundante y muy caliente, y luego echarles sal.

Ah, se me olvidaba, hay también una zona sólo con atracciones. A mi sobrino le encantaría. No son como las de los parques de Disney en Orlando, pero hay unas cuantas, unas pegadas a otras. No sé, pero igual más de cien. Eso sí, son bastante caros.

Me han invitado a ir esta noche otra vez a la Feria, pero no puedo. No tengo cuerpo. A ver si mañana me animo. Igual me reservo y no voy por el día para así guardar fuerzas. Si no, empiezo a dudar seriamente que aguante toda la semana este ritmo. ¡Y dicen que lo fuerte aún no ha llegado! Pero, bueno, ya te contaré.

Un abrazo.