Editorial

Indolencia frente a ANV

La votación en los consistorios de Mondragón y Hernani de una moción auspiciada por PNV y PSE-EE, tratando de que ANV condenara el terrorismo de ETA, ha acabado en un sonoro fracaso y en sendos episodios que retratan a la perfección la actitud indolente de los electos de IU y de Eusko Alkartasuna. Los promotores de la iniciativa, que son además las dos primeras fuerzas del País Vasco, están obligados a revisar el plan trazado si de verdad quieren acabar con la cobertura que las alcaldías de ANV brindan al terrorismo etarra. Cobertura que ha salido reforzada tras el frustrado intento de que dos de las corporaciones gobernadas por ANV se posicionaran en contra de esta formación. La tramitación de iniciativas municipales previas a la eventual presentación de una moción de censura que sustituya a ANV al frente de aquellos ayuntamientos en los que ostenta la alcaldía forma parte de un rodeo que, siendo desde un principio innecesario y equívoco, se ha demostrado contraproducente. Al final ha quedado claro que, de no existir una voluntad firme para llevar adelante y de inmediato mociones de censura que sitúen a ANV fuera de las 16 alcaldías que posee en minoría, las demás propuestas de declaración municipal que se pretendan conducen a la frustración y acaban prestando oxígeno a la izquierda abertzale.

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Resulta especialmente chocante que miembros de IU, formación tan dada a trazar rayas de separación social e ideológica, nieguen en Mondragón y en Hernani que el asesinato etarra sea motivo para que los demócratas establezcan una posición común de rechazo a los violentos y a quienes les secundan. La incapacidad de Llamazares para hacer valer sus argumentos sobre la franquicia vasca de Izquierda Unida y la más censurable pasividad de Madrazo en el asunto han permitido tan vergonzosa actuación. Aunque el sincero disgusto manifestado por el primero no se ha visto acompañado por un pronunciamiento similar por parte del dirigente vasco de IU que forma parte del Ejecutivo de Ibarretxe. La resistencia de fondo que mantienen EA, IU y Aralar a cortar definitivamente amarras con la izquierda abertzale impediría que las citadas mociones de censura pudieran salir adelante más que en cuatro localidades, donde la suma de los concejales de PNV, PSE-EE y PP resultaría suficiente. Pero lo que a estas alturas parece ya inadmisible es que EA y Aralar continúen siendo aliados de alcaldes de ANV en cuatro municipios guipuzcoanos.