DE BOTELLA. Sandra Bermejo, una vecina, en la cocina.
Sierra

Cocinando con agua embotellada

La localidad de Villamartín continúa con la prohibición del consumo del agua del grifo y las restricciones nocturnas

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El temporal ha dejado otras consecuencias negativas en la provincia, que contrastan con la subida de los niveles de agua embalsada. En concreto, en Villamartín, provocó que la columna geológica del sondeo del Búho, que se encontraba bastante deteriorada, se hundiera, provocando la pérdida del principal pozo que abastecía a la localidad.

Las consecuencias más destacadas de este suceso es que el municipio ha dejado de contar con agua potable y que padece restricciones que van desde las once de la noche a las siete de la mañana. Y es que este hundimiento ha provocado que la localidad tenga que abastecerse del sondeo de La Mata, que según la Consejería de Salud no es apto para el consumo humano, debido a los altos niveles de nitratos que se encuentran en el agua. Anteriormente se empleaba para el consumo, pero mezclándola con el agua de El Búho.

Estas circunstancias han provocado que los vecinos comiencen a buscar alternativas para disponer de agua para el consumo, lavar los alimentos y cocinar o incluso lavarse los dientes. La consecuencia más inmediata es que se ha disparado la venta de agua embotellada aunque los supermercados de la zona aseguran que «está garantizado el suministro, ya que el problema afecta sólo a este pueblo». En la jornada de ayer resultaba complicado encontrar envases de agua vacíos en las ferreterías y bazares de la localidad, ya que los vecinos han hecho acopio de ellos para rellenarlos. Se ha habilitado un camión cisterna que entre las diez de la mañana y las tres de la tarde recorre el municipio llevando a cabo diez paradas distantes entre sí para dejar agua a los vecinos. En concreto, según el conductor del camión cisterna, el agua viene de El Bosque, del manantial de El Chorrito, y se reparten unos 25.000 litros diarios, algo que cubre el consumo. De hecho, asegura, «en los tres días de reparto que llevamos, ha sobrado agua». Dicha agua sobrante se lleva al hospital comarcal.

Pero el gran problema del suministro se encuentra en las casas, ya que el agua no puede emplearse para cocinar. Sandra Bermejo, una vecina de la localidad, asegura que «por la mañana, poco después de que termine el corte, el agua sale blanca y la verdad es que no tiene buena pinta para utilizarla». No obstante los vecinos aseguran que «el agua nunca ha estado buena para beberla, por lo que ya estamos acostumbrados».

En los centros escolares, se ha recomendado a los alumnos que acudan con su propia botella de agua a clase y se ha cortado el agua de las fuentes.

sierra@lavozdigital.es