A LA ESPERA. Así se encuentran los vecinos de Jerez Norte desde hace varios meses.
Jerez

Una patata caliente en busca de sitio

Los vecinos de Jerez Norte aún aguardan a que desde el Ayuntamiento se les de a conocer el futuro enclave del botellódromo y la fecha de su traslado

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El botellódromo se ha trasformado en una auténtica patata caliente que nadie quiere tener cerca. Y es que vivir junto a la movida nunca fue plato de buen gusto para quienes quieren llegar a casa y descansar tras una dura semana de trabajo. De hecho, desde antes de su ubicación en los aledaños del parque González Hontoria, los residentes en Jerez Norte mostraron su rechazo a esta posibilidad, algo que los hizo enfrentarse en más de una ocasión con el propio Ayuntamiento. Tras meses de confrontación, la zona de ocio se instaló, con más pena que gloria, entre la avenida de los Chiribitos y la calle Miguel Unamuno.

Tras noches sin dormir debido al ruido, la música de los coches discotecas y los olores a las puertas de su urbanización, los vecinos de Jerez Norte decidieron lanzar un ultimátum al Consistorio: o tomaba cartas en el asunto o emprenderían medidas legales, a lo que le acompañó una recogida de firmas que instaba a un futuro cambio de ubicación del botellódromo.

Mientras, en las dependencias municipales los propios delegados no se aclaraban. Por un lado, Irene Canca, antigua delegada de Participación Ciudadana y actual responsable de Distrito Las Delicias-La Granja, aseguraba a este medio que la zona de ocio se trasladaría. Por otro lado, el delegado de Presidencia, Casto Sánchez, insistía en que no. De hecho, el primer teniente de alcalde recordó que «este Ayuntamiento ha aprobado un presupuesto para adecentar el botellódromo, por lo que no vamos a cambiar su ubicación».

Unas palabras que más tarde no fueron ratificadas por la alcaldesa, Pilar Sánchez, que zanjó este asunto afirmando que «estamos buscando un nuevo lugar para los jóvenes, aunque el traslado se hará a largo plazo y no en los aledaños de Área Sur, como se ha indicado».

Así las cosas, los vecinos seguían intranquilos, por lo que desde Movilidad y Seguridad se elaboró un dispositivo para actuar en la zona las noches de los fines de semana, que garantizaría la tranquilidad de los habitantes en Jerez Norte. De esta forma, se ha cerrado al tráfico para los no residentes las calles aledañas a esta urbanización, además del corte del último tramo de la calle Miguel de Unamuno, sin olvidar la presencia de cuatro patrullas policiales en los alrededores de Chiribitos.

«A pesar de todo ello, aún estamos esperando varias cosas en relación a este asunto. Primero, que se nos diga dónde y cuándo se va a trasladar el botellódromo y en qué punto se encuentra la futura Ciudad del Ocio. Por otro lado, que se mejoren las condiciones de la actual zona donde se reúnen los jóvenes ya que, a pesar del presupuesto aprobado, ellos siguen concentrándose en un lugar sin asfalto, sin techo y que está en precarias condiciones», como recordó Ángel Magro, presidente de la asociación de vecinos de Chapín.