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La resaca del PP

En realidad, la batalla que se está dando en el interior del PP hunde sus raíces en la polémica que mantuvieron Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón durante la legislatura anterior y en la utilización que ha hecho de ella Mariano Rajoy. En las vísperas de las elecciones este pudo hacer de hombre bueno en esta polémica de la forma más sibilina que cabe imaginar, esto es, tratando de eliminar a ambos de la carrera presidencial, antes y después de la celebración de las elecciones. De este modo Rajoy aprovechó la ocasión para expulsar del escenario a dos competidores importantes que venían a sumarse a los casos de Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja y Alex Vidal Quadras y a los que sería añadido el de Eduardo Zaplana. Por fin el nombramiento de Soraya Sáenz de Santamaría como portavoz del grupo parlamentario ha terminado de aclarar la situación al no contar con González Pons, Costa o Pizarro... La mediocridad ha sucedido a la cualificación.

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Me refiero a la riqueza de personalidades. Si el Partido Socialista podía ganarle en capacidad de comunicación y en lo que podemos entender como maestría del arte de la política, el partido liberal conservador podía exhibir toda una serie de personalidades. En el organigrama del PP queda aún el hueco de Acebes que posiblemente deba salir de alguno de los que he venido citando en esta crónica. Nadie es capaz de hacer un pronóstico. Se habla de Gabriel Elorriaga pero incluso del propio Ruiz-Gallardón.

En el Gobierno y en el Partido Socialista, en los medios más próximos a éste, hay una alegría contenida. Si la victoria electoral ha sido magnífica en términos de relación de fuerzas parlamentarias, no podía ser mayor en términos partidarios. La situación del PP es de desolación aunque nadie es capaz de hacer la más mínima crítica. Nadie toma iniciativa alguna, nadie se atreve a denunciar en público las decisiones que está tomando Rajoy, las reuniones son sustituidas por comidas de las que no se tienen versiones fiables, las informaciones se convierten en propaganda, las noticias en rumores, los políticos se ocultan tras los blogs, internet es la red de los cobardes... Nadie sabe si todo esto terminará en el Congreso de Junio o será para entonces cuando comience la batalla de verdad.