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El Gobierno alemán esquiva la apertura de los Juegos de Pekín

El Ejecutivo de Merkel niega que se trate de un boicot dado que ningún dirigente tenía previsto acudir al acto

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El Gobierno alemán decidió ayer que ningún miembro del gabinete que preside Angela Merkel, incluida la propia canciller, acuda a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín. Así lo anunció el ministro de Exteriores germano, Steinmeier, en la ciudad eslovena de Brdo, donde se celebra la reunión de los jefes de las diplomacias de la UE. El eufemismo utilizado por Steinmeier para no decir la palabra boicot fue ratificado desde Berlín por el presidente Horst Köhler, quien hizo saber que sólo viajara a China para estar presente en los Juegos paralímpicos.

El portavoz alemán, Thomas Steg, se apresuró a desmentir que la medida estuviera relacionada con la revuelta en Tíbet, reprimida con dureza por fuerzas chinas. «La canciller nunca había planificado estar presente en el acto de inauguración», dijo Steg. «Los jefes de Gobierno no asisten, por lo general, a la apertura de los Juegos Olímpicos, a menos que tengan lugar en su propio país», añadió. Pero el portavoz del Ejecutivo Merkel no hizo mención a los motivos por los cuales Berlín, en medio de una fuerte discusión comunitaria sobre este asunto, se apresuró a aclarar que nadie viajará a Pekín para estar presente en el pistoletazo de salida de los Juegos.

Steinmeier explicó, por su parte, que en ningún momento había contemplado acudir a la ceremonia y, por lo tanto, no se podía hablar de rechazo a una invitación. Pero curiosamente esta maniobra diplomática ha evitado una nueva crisis entre Alemania y China, cuyas relaciones sufrieron un serio revés cuando Merkel recibió al Dalai Lama el pasado septiembre.

Polonia y Chequia no irán

La vía que se ha sacado de la manga el Gobierno germano puede encontrar más seguidores en el seno de la UE, donde sólo Polonia y la República Checa han anunciado que no consideran oportuno estar presentes en la inauguración del evento deportivo.

El primer ministro polaco, Donald Tusk, ya había declarado hace unos días que no tiene intención de acudir a Pekín, mientras el titular de Exteriores británico, David Miliband, manifestaba que Londres no boicoteará la ceremonia y enviará una amplia delegación. Londres se distancia así de la postura de su nuevo aliado, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien señaló que baraja la posibilidad de no estar presente en Pekín en agosto si China no cambia de actitud respecto a Tíbet. Algunos analistas apuntan a que la postura de Reino Unido está directamente relacionada con el hecho de que la capital británica será la sede de los Juegos de 2012.

El jefe de la diplomacia sueca, Carl Bild, recordaba cómo el boicot que se promovió contra Moscú'80, por la guerra de Afganistán, no tuvo ningún impacto en el desarrollo de las operaciones sobre el terreno, al tiempo que su colega español en funciones, Moratinos, remarcaba la oposición de Zapatero a toda forma de bloqueo a la Olimpiada.

A la vista de estas circunstancias, el secretario general del Consejo Europeo, Javier Solana, se declaró convencido de que una posición común de la UE contra Pekín, focalizada en la ceremonia inaugural de los Juegos, estaba fuera de lugar.