ÉXTASIS. Villa se besa el escudo tras conseguir el gol de la victoria ante Italia. / EFE
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Villa tumba a Italia en un amistoso para soñar

España impone su estilo y se convence de que puede ganar a los campeones del mundo también en la alta competición. Senna y en la segunda parte Alonso 'hicieron' de Albelda

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Un gran disparo de Villa premió la osadía de España, castigó el conservadurismo de los campeones del mundo y permite seguir soñando con hacer algo grande en la próxima Eurocopa. Los de Luis tienen un estilo que les identifica, acumulan 14 partidos sin perder y cinco sin encajar un gol. Aunque sólo sean amistosos, han vencido nada menos que a Inglaterra, Argentina, Francia e Italia. El mérito es indudable, por más que gran parte del público, también en Elche, insista en el grito de ¿Raúl, Raúl, Raúl!

Ante un adversario con mayúsculas, una Italia que como diría Luis tiene el culo pelao, España insistió con éxito en su atractiva apuesta por la fantasía, el toque, la movilidad, las constantes permutas en el centro del campo. Ya dijo Luis que era el encuentro ideal para que los españoles elevaran su autoestima y se convencieran de que con sus románticos valores podían derrotar al pragmatismo. El objetivo se cumplió aunque igual que se venció se pudo perder.

España se apoderó enseguida del balón, encerró a los italianos, practicó un juego mucho más vistoso, aunque casi siempre fue un dominio engañoso que apenas se tradujo en remate. Se ganó por obra y gracia de Villa pero, puestos a exigir, faltó más ruptura por banda, rapidez, fuerza e improvisación ante un adversario que vive feliz con diez hombres por detrás del balón, a la espera del fallo rival.

Cohesión italiana

En algunas fases, los de Donadoni no brillaban pero sí daban la sensación de tener un plus de experiencia, de valía, de esa competitividad de la que hablaba Aragonés. Son más altos, más fuertes, más fieros, más diseñados para las grandes batallas aunque su técnica no sea la de los Xavi, Iniesta o Cesc, todavía tímido con España. Cayeron pero funcionan como un grupo cohesionado, como un equipo fiel a su historia y no tiemblan si hay que golpear a Iniesta o Torres.

Resulta harto difícil sorprender a zagueros que suman 102 años como Panucci, el provocador de Zidane y Cannavaro, mucho mejor con su país que en el Madrid. Arriba, Toni puso el miedo en el cuerpo con un gol anulado por fuera de juego justito. Por su parte, Silva y después Torres, con una gran volea, propiciaron las únicas opciones claras de gol de España hasta el descanso. Iker no sufrió.

Tras el descanso, Luis mantuvo el dibujo pero dio descanso a Torres y minutos a Villa. Probó también con Xabi Alonso de '5' en lugar de Senna y luego buscó más ruptura por banda con Riera en lugar de Silva y Luis García en vez de Cesc. Debutó Arbeloa y se quedó sin ver cumplido su sueño De la Red. El caso es que el carrusel de cambios no se traducía en beneficios. Italia, pese a la entrada de Gatusso en lugar de Pirlo, se estiró algo más y no se adelantó porque un zapatazo de Camoranesi se fue al larguero y luego Casillas le ganó un mano a mano al juventino. El que no perdonó fue Villa, que firmó una gran victoria con un espectacular zurdazo. Hay argumentos para soñar.