Los bomberos de rescate de víctimas durante su entrenamiento, ayer.
CÁDIZ

Rescate bajo los escombros

El equipo de bomberos de Cádiz aprovecha la demolición del edificio de la Subdelegación para entrenar a los perros en la búsqueda de víctimas

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Llueve. El escenario: un solar en el que enormes bloques de hormigón se enredan en un amasijo de hierro oxidado. Y barro. Y silencio. Para algunos se trata, sin embargo, de una mañana perfecta. «Lo más complicado de nuestro trabajo es encontrar localizaciones como ésta», asegura Raúl Pérez, un joven bombero de 28 años, y enormes ojos azules. En el maletero del coche, Rex hace un pequeño amago de ladrido. Enrosca el hocico y espera paciente su turno. Se trata de un labrador retrivier de color muy claro: parte imprescindible del Equipo de Bomberos de Localización y Rescate de la provincia. «Lleva un año y medio conmigo», explica Raúl. «Poco a poco nos ocultaremos bajo una capa mayor de escombros para que los animales afinen la búsqueda», explica antes de camuflarse bajo un casco de obra y desaparecer en el solar.

Aida se ha enterrado bajo los desechos. La joven, una de los diez agentes que forman parte de este equipo de bomberos en la provincia, agarra el transmisor portátil y pregunta bajo las ruinas: «¿Todo va bien?». Es la víctima de hoy. «Va el siguiente perro», informa desde el exterior Javier, calado, y quieto sobre una de las grúas que espera a que se reanuden los trabajos de demolición en este descampado.

Entonces Rex afina el hocico. Revisa cada centímetro. Gira una y otra vez en círculos alrededor del hoyo excavado por los chicos. Y al fin... ladra. «Los animales nos localizan a través de unas células de nuestra piel, de nuestro olor y también por el aire que espiramos», explica Moisés Delgado, responsable de la unidad canina de la provincia.

La última intervención fue en hundimiento del antiguo cuartel de Campo de las Balas, en Cádiz, hace tres años. «Es un trabajo importante en caso de catástrofes, terremotos y demoliciones de edificios», explica Moisés. Lo más complicado: entrenar a los animales; pero sobre todo «encontrar sitios como éste para entrenarnos». Aunque llueva a cántaros, como ayer.