REGALO. El Pazo de Meirás es propiedad de la familia Franco desde el año 1939. / ARCHIVO
ESPAÑA

Los herederos de Franco tendrán que dejar inspeccionar el Pazo de Meirás

Una sentencia del Tribunal Superior de Galicia obliga a la familia a permitir el acceso a los técnicos de la Xunta

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Los técnicos de la Consejería de Cultura de la Xunta de Galicia podrán inspeccionar el Pazo de Meirás, en el municipio coruñés de Sada, de acuerdo con la sentencia notificada ayer por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG). A pesar de anteriores resoluciones judiciales en el mismo sentido, la familia Franco se ha negado en reiteradas ocasiones a tal inspección, con la que se pretende establecer si el citado edificio puede ser catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).

Operación imprescindible

La consejería gallega subrayó que hacer la inspección es «imprescindible» para lograr la declaración como BIC del pazo, «pero además es un deber toda vez que ya forma parte del inventario del patrimonio cultural de Galicia», recordó.

El auto del TSXG establece dos condiciones para el acceso de los técnicos: que no se dé publicidad a la inspección y que el reportaje fotográfico de los técnicos se limite al estado de conservación del inmueble, con el fin de preservar la intimidad de la familia propietaria del Pazo. En caso de ser considerado BIC, el Pazo de Meirás tendría que admitir visitas varios días cada mes para su contemplación por el público.

El Pazo de Meirás, que había sido propiedad de la escritora Emilia Pardo Bazán, fue «regalado» a Franco mediante su compra en 1939 por «suscripción popular» auspiciada entre otros por el banquero Pedro Barrié de la Maza con el fin de convertirlo en la residencia veraniega de la familia Franco.

La hija del ex dictador, Carmen Franco Polo, en nombre de los herederos de Franco se ha negado siempre a la inspección con el argumento de que es una propiedad privada, a pesar de las resoluciones judiciales que desestimaron los recursos de Carmen Franco. El último enfrentamiento se registró el 23 de agosto pasado, ese día la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Xunta ordenó la entrada de los técnicos el 30 de ese mes para comprobar su estado de conservación. La hija del dictador lo impidió.