EN LLAMAS. Vehículos de la Policía desplegada por Naciones Unidas en Mitrovica arden tras ser atacados con cócteles molotov por los serbokosovares. / REUTERS
MUNDO

Los serbokosovares acorralan a la ONU

Exaltados nacionalistas partidarios de Belgrado disparan contra las fuerzas de Naciones Unidas y la OTAN en la conflictiva Mitrovica Más de un centenar de personas resultaron heridos en los disturbios

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las fuerzas de la ONU ya son blanco de disparos en Kosovo. Era cuestión de tiempo. Ocurrió ayer por la mañana, pero podría haber sucedido con anterioridad y, además, es probable que se repita en fechas venideras. La tensión que se vive en la antigua provincia desde que el 14 de febrero se autoproclamó independiente de Belgrado estalló en Mitrovica, la zona norte de minoría serbia, donde más de cien personas resultaron heridas.

Una operación de la Policía desplegada por Naciones Unidas en la región prendió la mecha de la situación volátil que vivía la ciudad, dividida étnicamente entre los serbios, que pueblan su área septentrional, y los albaneses, que viven en la meridional. Los uniformados pretendían desalojar a un grupo de partidarios de Belgrado -la mayoría funcionarios judiciales- que ocupaban desde el viernes dos tribunales internacionales para pedir su traspaso al Estado serbio. Medio centenar de personas fueron detenidas, pero los agentes tuvieron que retirarse finalmente al ser repelidos a tiros de armas automáticas. Algunos testigos aseguran que se detectó la presencia de francotiradores. Tampoco faltaron los ataques con piedras, granadas, cócteles molotov y petardos. Además, una explosión frente a uno de los dos edificios alcanzó a ocho soldados de la fuerza de la OTAN en Kosovo (Kfor). Afortunadamente sólo resultaron heridos.

El plan falló desde sus primeros pasos. Nada más que la operación comenzó a andar con las primeras luces del día, la Policía de la ONU -integrada básicamente por polacos- y las tropas de Kfor tropezaron con una fuerte resistencia por parte de los serbios, que llegaron a cerrar el paso a una patrulla con detenidos a bordo. «Los agentes irrumpieron en el edificio. Nos esposaron, registraron el lugar y nos introdujeron en un vehículo», declaró Dragoljub Drazevica, una de las manifestantes arrestadas.

Ataques a vehículos

Los serbios lograron atacar tres vehículos de la ONU, rompiendo sus puertas y liberando a unos diez de los arrestados. Las tropas respondieron con gases lacrimógenos y negaron que utilizaran fuego de armas automáticas. «Sólo hicimos tiros de advertencia», declaró el portavoz francés Etienne du Fayet de la Tour. «Disparamos al aire, no contra la multitud», remarcó.

La redada coincidió con el aniversario de los disturbios albaneses del 17 de marzo de 2004 contra los serbios, en los que diecinueve personas murieron y cientos de casas e iglesias fueron incendiadas en dos días de caos.

La comunidad serbia ha multiplicado durante las últimas jornadas sus acciones de desafío a las autoridades internacionales y a las del nuevo Estado kosovar, sobre el que pesa una amenaza de secesión. Cada día, cientos de personas se manifiestan frente al puente sobre el río Ibar, que hace de frontera natural entre los dos barrios étnicos de Mitrovica.

Ya en los días siguientes a proclamarse la independencia de Kosovo grupos de serbios enfurecidos prendieron fuego a los puestos fronterizos entre su país y el norte de Kosovo. Los agentes balcánicos del Servicio de Policía Multiétnica abandonaron el lugar.

De los 120.000 serbios que se quedaron a vivir en Kosovo tras el conflicto de 1998-1999 entre Serbia y los separatistas albanokosovares, unos 40.000 residen en el norte del territorio. Belgrado se niega a renunciar a su soberanía y ayer mismo el ministro para la ex provincia, Slobodan Samardzic, pidió la inmediata excarcelación de los 53 detenidos en Mitrovica. «Hay que mantener el orden y la estabilidad y cooperar, por eso pedimos a la ONU que resuelva los problemas mediante acuerdos y el diálogo», dijo a la agencia Tanjug.

Rusia, aliada tradicional del régimen serbio, no tardó en reaccionar y advirtió de que «una normalización» en el norte de Kosovo pasaba obligatoriamente por la revisión del caso «en el marco del derecho internacional». «Acciones que conducen a la violencia no puede ser permitida», añadió una nota del Ministerio de Exteriores de Moscú.