Entre batas y lapiceros

Un pijama de uniforme y un gotero como desayuno son los únicos bultos que llevan a clase los casi nueve mil niños gaditanos que imparten sus clases en el hospital. El programa de aulas hospitalarias puesta en marcha por el Servicio Andaluz de Salud ha permitido que los niños puedan continuar sus estudios a pesar de combatir su enfermedad.

Hasta cinco hospitales de la provincia de Cádiz cuentan ya con este servicio que está dirigido por profesionales que además de labores docentes también se enfrentan a otras tareas que van más allá de la enseñanza. Allí les hacen compañía y les transmiten la ilusión por seguir hacia adelante y superar la enfermedad. Una terapia que también influye en el tratamiento de los males.

La atención educativa de los menores ingresados en los centros sanitarios es una de las medidas contempladas en el Decreto de Atención Integral al Niño Hospitalizado, que establece el derecho de los menores a recibir una atención adaptada a sus características y necesidades. En esta línea, se indica que los hospitales deberán poner a disposición de los menores ingresados salas lúdico-pedagógicas, ciber- aulas y espacios al aire libre, para proporcionarles una estancia lo más agradable posible.

Además, los niños disfrutan de espacios educativos y lúdicos propios dentro de las plantas de hospitalización infantil de los centros y pueden tener acompañamiento familiar durante las 24 horas del día. Uno de los aspectos más cuidados es proporcionarles áreas de ingreso, urgencias y consultas específicas, de manera que no compartan espacios sanitarios con los adultos, agrega la nota.

Asimismo, la decoración y el equipamiento se orientan a que los días de ingresos de la población infantil transcurran en un entorno agradable y familiar.

Profesores

En relación con otras provincias andaluzas, Cádiz es la que cuenta con un mayor número de alumnos en estas aulas hospitalarias, con 8.971, seguida de Granada con 5.580, Sevilla con 3.350, Córdoba con 1.925, Huelva con 1.731, Almería con 1.633, Málaga con 524 y la provincia de Jaén con 522.

Este servicio, que desarrollan conjuntamente las consejerías de Salud y Educación, fue atendido también por un equipo de 53 profesores, que actuaron en estrecha coordinación con los docentes del centro escolar de cada menor, ya que el objetivo de la iniciativa es que los alumnos puedan incorporarse con normalidad a sus colegios cuando finalicen su tratamiento.

Además, también hay otro grupo de menores que también reciben las clases desde su propio domicilio ante la imposibilidad de desplazarse hasta el centro escolar.