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El disparo de cohetes contra Israel dinamita la frágil tregua en Oriente Próximo

El espejismo de un periodo de calma entre Israel y el movimiento islamista Hamas se diluía ayer con el lanzamiento desde Gaza de docenas de cohetes artesanales contra territorio judío, que fueron respondidos con un ataque de la aviación hebrea en el norte de la Franja, que no causó víctimas. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, condenó ante la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) reunida en Dakar el «desproporcionado y excesivo uso de la fuerza» israelí contra los palestinos.

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La reanudación del disparo masivo de proyectiles Qassam -24, según fuentes israelíes; 64 , dijeron las milicias-, fue la respuesta de Yihad al asesinato el miércoles de cuatro de los suyos en Cisjordania, entre ellos su jefe en Belén, Mohamed Shahade, en busca y captura por Israel hacía más de ocho años. En espera de una mayor venganza por estas muertes, las Fuerzas de Seguridad hebreas se preparaban para una escalada de violencia, y era el Ministerio de Defensa el que trasladaba ya el mensaje del «práctico colapso» de los contactos indirectos entre Israel y Hamas, iniciados la semana pasada con la mediación de Egipto.

«Ningún grupo puede disparar cohetes sin la aquiescencia y la colaboración de Hamas, no permitiremos subcontratar el terrorismo», proclamaba Mark Regev, portavoz de la oficina del primer ministro, Ehud Olmert, en referencia a la autoría de las últimos lanzamientos reclamada por Yihad.

Críticas de Abbas

El otro diálogo paralelo que Israel mantiene con los palestinos, el inserto en el proceso de paz abierto en Anápolis con la ANP liderada por los moderados de Al Fatah como interlocutores, también parecía torcerse.

Desde Dakar, el presidente palestino, Mahmud Abbas, se dirigió a los miembros de la OCI para acusar: «Nuestro pueblo en Jerusalén este se enfrenta a un plan de limpieza étnica, en adición a la separación de la ciudad de Cisjordania por la valla de división».

A sus críticas a la expansión de los asentamientos respondió Israel. «El proceso de paz afronta muchos obstáculos y los líderes no deben poner más obstáculos con declaraciones incendiarias», reaccionó Regev, portavoz de la oficina del primer ministro, Ehud Olmert.