'FRESCOS PORTÁTILES'. Vista general de una sala con tres obras incluidas en la muestra de los mejores tapices de Europa de los siglos XVI y XVIII. / EFE
Cultura

Hilos de esplendor

Una exposición repasa la historia del tapiz desde el siglo XVI al XVIII a través de una treintena de obras procedentes de las colecciones más importantes de Europa y Estados Unidos

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Una treintena de los mejores tapices de Europa realizados entre los siglos XVI y XVIII se exhibirán hasta el próximo 1 de junio en el Palacio Real de Madrid dentro de la muestra Hilos de esplendor, en la que se ofrece por primera vez un panorama completo de estas obras de arte del barroco. La exposición, inaugurada ayer por la tarde por la Infanta Cristina, incluye alrededor de treinta telas que proceden de importantes instituciones y colecciones de Europa y Estados Unidos, y presta especial atención a la producción flamenca vinculada a Peter Paul Rubens y al desarrollo paralelo del arte de la tapicería en París y Roma.

La muestra es continuación de la celebrada en el Metropolitam Museum de Nueva York el pasado otoño y procede de la colaboración entre este organismo y Patrimonio Nacional.

Estructurada en once grandes bloques, Hilos de esplendor da idea de la historia de la industria tapicera de la época, de la técnica utilizada para fabricarlos, de los florecientes talleres de Florencia y Roma y de la relevancia que tuvieron los Países Bajos en su producción hasta que las turbulencias religiosas y las guerras civiles hicieron huir a muchos tapiceros hacia el norte de Europa.

Entre los tapices que se exhiben en las salas de exposición temporales del Palacio Real destacan El Triunfo de la Iglesia sobre la ignorancia y la ceguera (de la serie Apoteosis de la Eucaristía), La Colación (de la serie Historia del emperador de China), o Entrada de Luis XIV en Dunquerque, del taller de Gobelinos. También se incluyen una serie de pequeñas obras, que contrastan con el gran tamaño de los tapices, como óleos sobre tabla, grabados y aguafuertes que sirven como apoyo al discurso científico y técnico sobre la industria tapicera.

Las obras expuestas proceden, además de España, de importantes museos de Holanda, Francia, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Austria, Suecia y Suiza. El presidente de Patrimonio Nacional, Yago Pico de Coaña, quien antes de la rueda de prensa de presentación pidió guardar un minuto de silencio en homenaje a las 192 víctimas del atentado del 11-M en Madrid, del que ayer se cumplieron cuatro años, consideró que esta muestra es «un aperitivo» de lo que será el Museo de Colecciones Reales. Pico de Coaña aseguró que la tapicería «no era ni mucho menos un arte menor», y recordó que propició que los cartones de los mejores pintores fueran reproducidos con hilos de oro y seda en un arte «muy difícil».

El comisario de la muestra y conservador del Metropolitan Museum de Nueva York, Thomas P. Campbell, afirmó que la misma será «un festín para la vista», lamentó que actualmente cuando se piensa en grandes movimientos artísticos «pasemos por alto el tapiz», y recordó que éstos fueron, entre 1480 y mediados del siglo XVIII, «un espectáculo cultural esencial en las grandes cortes europeas». Según Campbell, los tapices pueden ser considerados como «un fresco portátil» que, confeccionados para reyes, papas y grandes nobles, representan todos los eventos y acontecimientos históricos de la Europa de entonces, y aseguró que para algunos artistas fueron «sus trabajos más importantes».

'Propiedades teatrales'

Thomas P. Campbell consideró los tapices «un gran reto para el artista», aunque reconoció que los diferentes materiales tienen en sí mismos «propiedades teatrales» de las que carece la pintura.

En su opinión, la muestra contribuirá a demostrar el «proceso de esplendor» que vivió el campo del tapiz, recordó que los distintos reyes españoles fueron «de los mecenas más importantes» de este arte y se gastaron «auténticas fortunas» en el mismo, y puso de manifiesto que la escala de los mismos suponía «la forma más poderosa de propaganda» en una época en la que no había imprentas.